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Mostrando entradas de enero, 2014

Todo lo que era solido.

Hay que devolver la deuda en la que incurrimos (incurrieron) nuestros bancos y nuestra sociedad para construir la gran burbuja. Y para ello, están remodelando brutalmente nuestro mundo. Nada volverá a ser igual. La burbuja explotó en el 2008 y al explotar, nos ha remojado a casi todos, nos ha dejado más pobres; pero también nos ha hecho ver que el rey, además de corrupto, estaba desnudo. Hay muchas maneras diferentes de ver a ese rey; pero se podrían resumir en dos afirmaciones distintas: “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” o “Han vivido por encima de nuestras posibilidades” Antonio Muñoz Molina se sitúa bajo la primera afirmación y presenta un ensayo que muchos han calificado como “imprescindible”. Yo lo llamaría más bien “necesario”. Hace una especie de viaje al pasado, o mejor dicho, a los sentimientos del pasado. Un viaje en primera persona; pero también un viaje colectivo, hacia aquella España de los 2000 en la que todo parecía brillante, sólid

Con el agua al cuello.

Seguimos con historias de detectives. Pero esta vez, traducidas. No había leído nada de Márkaris, de hecho, creo que nunca había leído literatura griega contemporánea, y la cosa ha valido la pena. Al parecer, Márkaris se ha puesto muy de moda por su llamada “trilogía de la crisis”, de la que “Con el agua al cuello” sería la primera entrega.  El comisario Kostas Jaritos resuelve crímenes en una Atenas paralizada por las manifestaciones, mosqueado por el cambio que le han impuesto en sus condiciones de jubilación y preocupado porque su hija no encuentra trabajo. Lo interesante es que los asesinados son financieros y banqueros.   Es decir, gentuza a la que cualquiera desearía asesinar (incluyendo el propio Kostas).   Para acabar de embellecer el tema, las muertes se han producido por decapitación. Supongo que la literatura es como los sueños. Puedes soñar cualquier cosa, no hay reglas, no hay moral. Puedes quedarte a gusto. Igual que si sueñas con la decapitada cabeza de Bles

A death in Valencia.

Varios autores de novela negra-policíaca han situado a sus detectives protagonistas en el extranjero.   Proporcionan a sus lectores una visión más o menos anecdótica de países lejanos e interesantes. El más célebre es el comisario Brunetti, de Donna Leon, que resuelve casos en su ciudad natal, Venecia. Buen destino para el turismo virtual que toda novela supone. Creo que, hace unos años, leí “Acqua Alta”. Investigo un poco y descubro que la norteamericana tuvo un predecesor en el británico Michael Dibdin y su detective Aurelio Zen. En el éxito de ambos, hay mucho del afán de los lectores anglosajones por comprender cosas de ese cálido y anhelado   sur. El californiano Jason Webster ha seguido la estela de los anteriores y ha creado el personaje del inspector Maximiliano Cámara, que resuelve casos en Valencia. Supongo que Spain está un poco por debajo de Italy y de Greece en el ránking de lo típico y de lo mediterráneo. Así que hay que agradecerle el intento. Para su primer