Ir al contenido principal

Enemigo público.


Vimos en el canal temático AXN esta película de finales de los 90. se trata de un thriller típico de Tony Scott: entretenido, caro, rápido, desordenado y vacío. Son unos tipos muy malvados de la Agencia de Seguridad Nacional, que aprovechan los fabulosos medios tecnológicos de los que disponen para molestar a un honesto abogado (perdonen el oxímoron). El argumento no tiene demasiada lógica ni la peli demasiadas pretensiones; pero los dos protagonistas (Will Smith y Gene Hackman) son solventes.
La peli sirve para plantear el viejo debate acerca de la salvaguarda de la intimidad y del poder de los gobiernos (especialmente del norteamericano) para controlar las comunicaciones. De hecho, el título original es "Enemy of the state", que no es exactamente "enemigo público". "Bienvenido al mundo feliz de Huxley" le dice Hackman a un incrédulo Smith. La mayor parte de la población no sabe nada de la vigilancia a la que están sometidas nuestras llamadas de teléfono y nuestros correos electrónicos, a pesar de la investigación del parlamento europeo (2001) sobre Echelon. Quizá, como demuestra el libro "Libertad vigilada" de García Mostazo o asegura Hackman, ya estamos en "1984". El sistema es capaz de identificar los correos electrónicos de Txeroki; pero también de destapar y reventar las ofertas de las empresas no anglosajonas o de investigar a los adversarios políticos. Así que con el ingenuo deseo de ayudar a sobrecargar el motor de búsqueda del monstruo, ahí van unas cuantas palabras claves: izquierda, presidente, democracia, revolución, Dios, bomba, Darwin, solidaridad, aeropuerto, amor...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asesinato en el campo de golf.

La realidad siempre supera a la ficción. Ni el mejor Azcona podría haber imaginado la boda cortesana del otro día ni el más inspirado Berlanga, rodarla. Fue una inundación de imágenes ridículas, un tsunami de mal gusto, una representación prodigiosa y completa de todo lo vano y risible de nuestra sociedad. Dicen que el humor siempre ha de apuntar hacia adentro y hacia arriba y apuntar bien la pistola es difícil; pero las imágenes que, como huesos, tuvo a bien echarnos la tele de Ayuso eran una diana gigantesca, grande como un océano de paradojas. Dispararas donde dispararas, acertabas. NO piensen que les deseo unos tiros o unas bombas a los convidados. Sobre eso, volveré más adelante. Al revés, hay que agradecerles a todos que acudieran disfrazados a la iglesia de San Francisco de Borja para alegrarnos la vida y recordarnos, con humor y gracia congénita, cuán estúpido es nuestro reino y cuán absurda es la existencia humana. Dios, gracias por el fuego y por el humor. Semejante orgía de

The royal game.

La famosa "Novela de ajedrez" de Stefan Zweig suele ser la primera obra literaria que cualquier lector occidental citará en relación al juego-ciencia. La imagen social del ajedrez, o mejor dicho, de los ajedrecistas, ha sido muy influida por esta novela breve. Muchos críticos la consideran la mejor obra del austríaco. Yo prefiero "Momentos estelares de la humanidad".  Zweig publicó "Novela de ajedrez" en 1941, durante su exilio brasileño. Se suicidaría poco después, desesperado ante los continuos triunfos nazis. Hace muchas vidas, vimos la peli " Farewell to Europe " sobre los últimos años del gran escritor.  Un trasunto del mismo Zweig, el misterioso doctor B. viaja en un transatlántico Nueva York-Buenos Aires. A los ajedrecistas, este planteamiento les traerá a la memoria las célebres olimpiadas de 1939, después de las cuales, varios jugadores europeos decidieron quedarse en Argentina. El doctor B. fue detenido por los nazis después del Anschlu

Las bombas del 11M. Relato de los hechos en primera persona (3).

Si no hubiera habido elecciones el 14 de marzo, los hechos que he descrito en la entrada anterior no se habrían puesto en duda. Los posibles fallos policiales y de inteligencia previos a los atentados (especialmente, los relacionados con la llamada "trama asturiana" y el control de la dinamita) habrían sido más o menos ocultados a la opinión pública y salvo en las casas de las víctimas, la vida seguiría más o menos igual. Pero hubo elecciones y el PP y muchos de sus votantes sintieron que se las habían "robado" y que Zapatero era un presidente "ilegítimo". Así que es lógico que, durante un tiempo, en el partido perdedor, negaran la realidad. Necesariamente tenía que ser ETA, porque nosotros nunca mentimos y los que fallaron fueron los votantes, que se dejaron engañar. Ya se sabe que los españoles son flojos e influenciables. En la comisión de investigación parlamentaria del 2004, muchas de las preguntas del PP intentaron, sin éxito, vincular a ETA con los