Bastantes medios norteamericanos la han calificado como "la mejor película del año". Y no van muy desencaminados. Se trata de una gran película que juega en dos planos. Por un lado, es una historia de personajes complejos y sutiles (es decir, muy reales). Por otro, es una película con contenido, con mensaje (es decir, de las que nos proporcionan coartadas en nuestra vida acomodada y facilona). La historia toma como punto de partida a un profesor universitario viudo y aburrido (Jenkins) que se limita a dar sus clases (el menor número posible) y a beber vino. Como experto en las dos materias, os aseguro que el personaje está bien conseguido. No hay nada en la vida que le motive. Intenta llenar sus días aprendiendo a tocar el piano. Su rutina sin sentido cambia cuando le envían a Nueva York a una conferencia (curiosamente, sobre "Economía del desarrollo"). Vuelve al piso que tenía allí. Y se encuentra a los otros personajes, que son la Nueva York multicultural, la de l...