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Borges. Ajedrez.

Yo tenía cierta facilidad para las matemáticas. Me gustaban los juegos. Despreciaba a los que no los entendían. El ajedrez me encandiló. Me envenenó para siempre. Leí a Borges. "Ficciones", creo que era. Me fascinó. El juego de los espejos. El infinito. La bifurcación de los senderos. La suerte de vivir en una casa donde había libros. Es decir, una adolescencia normal dentro de la gravedad. Muchos años después rememoro aquellas emociones hurañas y tímidas. No sabía que nada es gratis, que cada sendero que eliges, imposibilita, niega todos los demás. Qué distinta hubiera sido mi vida sin el ajedrez! Quizá hubiera sido un abogado mediocre, o un gran artesano, o un torpe catedrático. Y probablemente, menos feliz.

He leído el breve ensayo "Medio siglo con Borges" de Vargas Llosa sobre el argentino, con avaricia, con demasiadas ganas.Ambos se complementan en mi pobre canon literario. Se me ha hecho corto. El nóbel peruano recoge las entrevistas que le hizo a J.L.B, algunas reflexiones, algunas reseñas. Poca agua de un pozo del que se podría sacar mucha más.

Como estaba con la música borgiana en la cabeza, lo cité en mi sección del programa de "Negras o blancas" del 20-07-2020. El ajedrez fue tema, metáfora, inspiración del gran poeta ciego. YouTube nos dio incluso la posibilidad de oír de su boca los dos grandes sonetos dedicados al juego (a los juegos) del infinito.

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