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Entradas

El espacio es una cuestión de tiempo.

Descubro,   entre asombrado y culpable,   el largo tiempo que ha transcurrido desde mi última entrada en el blog. Las vacaciones de agosto no fueron ni de libros ni de pelis. Fueron más bien de aire libre, de soles y de lluvias, de amigos y de meriendas, de bicis y de botas. Septiembre, es decir, la vida real, arrancó con ruidos y soledades, con poco tiempo para pararse, es decir, con poco tiempo para vivir. Así que no he ido al cine y he leído poco. Más bien he releído   alguna cosa. Pereza. Tedio. Siestas mentales. Ahora tengo tele. Una LG cojonuda, más grande que las ventanas de la casa. La tele se adueña del espacio para hacernos olvidar ese vacío entre el agobio y el aburrimiento que hay en casi todas las casas y mantiene cerrados los libros y los sesos. Para poder ver el 25-S a distancia, en el sofá-escaño. Un fin de semana conseguí apagar la tele y me leí la primera entrega de una colección que ha sacado RBA. Llega el otoño y el curso y las colecciones inu...

El enredo de la bolsa y la vida.

El "que se jodan" de Andrea Fabra resumirá esta época. En medio de la catástrofe, es el lema último del poder desnudo, el eslogan de la razón de la fuerza en el gran saqueo. Los culiparlantes dinásticos de este espectáculo rancio ya no necesitan cuidar su lengua ni sus modos. Mientras quede algo en la caja para los trienios de los de las porras podrán seguir con la derrama gigantesca que pague las deudas de sus fastos, de sus incendios, de sus proyectos insensatos. Pero, ¡ay! puede que algún día no quede ni para los de las porras, como anunciaba esta mañana su correligionario Montoro. Es, en esos casos, cada 100 o 200 años, cuando la pirámide se desmorona y todo se llena de polvo y escombros. Hasta los bancos alemanes llegará la escombrera. Todas las piedras de la pirámide son interesantes. Los grandes mármoles de arriba, donde está sentada la gente como Andrea y su culo acostumbrado al escaño y sus cargos hereditarios y su vocabulario chusquero y su impunidad y sus sei...

El fin de la expansión.

El pasado fin de semana fue asqueroso. El viento de poniente traía las cenizas y el olor de los incendios masivos en el interior de Valencia. Algunos de los mejores bosques mediterráneos desaparecían en minutos, para siempre. El cielo aparecía amarillo. La tarde era tremendamente cálida. Mi generación ya no volverá a ver esos pinos y esas sabinas. Algunos de los bosques que crucé en Colorado también estaban ardiendo, al otro lado del mundo, de nuestro pequeño mundo. Canal 9 insistía que el fuego de aquí era inevitable y que no tenía nada que ver con los recortes en prevención de los últimos 4 años. La ciudad estaba triste y briznas negras flotaban en la tarde del sábado caluroso. Murió un piloto. La semana anterior había estado en la presentación de este pequeño libro. Su autor, Ricardo Almenar es un biólogo dedicado a lo de la sostenibilidad. Mal trabajo en esta tierra donde se decidió vender el territorio para pagar las fiestas. Almenar  parece un tipo lúcido y...

Margin Call (2011)

El sistema, esa convención de confianzas y afanes, esa ciudad imaginaria formada por laberintos de pirámides donde se guardan las esperanzas de los jóvenes y los medicamentos para los ancianos, pirámides donde viven semidioses, analistas de riesgos y vigilantes nocturnos, pirámides de cartón piedra, que se pueden desmoronar en cualquier momento, porque flotan en un mar ficticio, en una gramática de números arbitrarios y apuntes contables, en una niebla de dinero "esos pedazos de papel que evitan que nos matemos los unos a los otros por la comida". Mi compañero Salva me recomendó esta peli, cuyo argumento se sitúa en el momento exacto del principio de la catástrofe, en el inicio del actual crack sistémico. A los norteamericanos, como alguien dijo en este blog, les gusta lo del “turning point”. Aquello de en qué momento se empezó a joder el Perú. En qué momento se empezó a joder el mundo. En las wikipedias de un futuro tipo Blade Runner dirán que fue el 15 de septiembre...

La ciencia, lo bueno, lo malo y lo falso.

He pasado el fin de semana en el pueblo. Y aunque la bici y los amigos no me han dejado demasiado tiempo, he releído algunos de los artículos de esta recopilación del célebre divulgador científico Martín Gardner. ¿Por qué me ha llamado la atención ese libro? Supongo que los cambios en mi trabajo condujeron mi mano hacia esa parte de la estantería. Ahora que debo jugar a ser científico, me vuelven a interesar los aspectos relacionados con la gran ciencia. Digo la gran ciencia por comparación con la pequeña ciencia, la que me rodea, la que repercute en el salario, la que gestiona el rufián del ministro Wert. Martín Gardner fue el divulgador científico por excelencia. Especialmente de las matemáticas, a través de su columna en el Scientific American . Fue un activo "escéptico", ese enfoque vital del que ya he hablado en el blog, que le llevaba a enfrentarse a las pseudociencias, a los creacionistas, a los divulgadores de supercherías. En algunos capítulos de los Simpson, L...