Ir al contenido principal

Resacón en las Vegas


Ningún hombre se casa voluntariamente y de eso estoy seguro porque he estado en muchas bodas. Así que para ir engañando al novio, se han ido inventando ritos y procedimientos. Uno de ellos son las llamadas "despedidas de soltero", que se supone que tienen que consistir en intoxicaciones etílicas más profundas que las de todos los días, desmadres sin cuento, y putas de pago. Se han hecho bastantes pelis basadas en estas historias.
Vi hace unos días "Resacón en Las Vegas" (en inglés "The Hangover", a secas). Con semejante traducción, me esperaba un sinpropósito para adolescentes, ruidoso e imbécil. Sin embargo, se trata de una comedia divertida que, aunque juega con los tópicos de toda la vida, tiene algunas cosas interesantes e inteligentes. Sin mostrar demasiadas pretensiones, tiene una buena construcción narrativa, actores decentes y situaciones creíbles. Por escribir otro halago, me recordaba al capítulo de Los Simpsons (loado sea su nombre) en el que Homer lleva a Ned Flanders a Las Vegas. No sé si algún día veremos en el desierto de los Monegros una ciudad parecida; pero si es así, tirad mis cenizas por allí.
Hacia el final del metraje, descubrí que casi casi es una copia de otra peli: la divertidísima "Airbag", pero en lugar de Albert Pla, en la boda cantaba un tipo feo (más feo que Pla, quiero decir) y en lugar de vascas orgullosas y dominantes, en la peli, había anglosajonas orgullosas y dominantes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asesinato en el campo de golf.

La realidad siempre supera a la ficción. Ni el mejor Azcona podría haber imaginado la boda cortesana del otro día ni el más inspirado Berlanga, rodarla. Fue una inundación de imágenes ridículas, un tsunami de mal gusto, una representación prodigiosa y completa de todo lo vano y risible de nuestra sociedad. Dicen que el humor siempre ha de apuntar hacia adentro y hacia arriba y apuntar bien la pistola es difícil; pero las imágenes que, como huesos, tuvo a bien echarnos la tele de Ayuso eran una diana gigantesca, grande como un océano de paradojas. Dispararas donde dispararas, acertabas. NO piensen que les deseo unos tiros o unas bombas a los convidados. Sobre eso, volveré más adelante. Al revés, hay que agradecerles a todos que acudieran disfrazados a la iglesia de San Francisco de Borja para alegrarnos la vida y recordarnos, con humor y gracia congénita, cuán estúpido es nuestro reino y cuán absurda es la existencia humana. Dios, gracias por el fuego y por el humor. Semejante orgía de

Las bombas del 11M. Relato de los hechos en primera persona (3).

Si no hubiera habido elecciones el 14 de marzo, los hechos que he descrito en la entrada anterior no se habrían puesto en duda. Los posibles fallos policiales y de inteligencia previos a los atentados (especialmente, los relacionados con la llamada "trama asturiana" y el control de la dinamita) habrían sido más o menos ocultados a la opinión pública y salvo en las casas de las víctimas, la vida seguiría más o menos igual. Pero hubo elecciones y el PP y muchos de sus votantes sintieron que se las habían "robado" y que Zapatero era un presidente "ilegítimo". Así que es lógico que, durante un tiempo, en el partido perdedor, negaran la realidad. Necesariamente tenía que ser ETA, porque nosotros nunca mentimos y los que fallaron fueron los votantes, que se dejaron engañar. Ya se sabe que los españoles son flojos e influenciables. En la comisión de investigación parlamentaria del 2004, muchas de las preguntas del PP intentaron, sin éxito, vincular a ETA con los

The royal game.

La famosa "Novela de ajedrez" de Stefan Zweig suele ser la primera obra literaria que cualquier lector occidental citará en relación al juego-ciencia. La imagen social del ajedrez, o mejor dicho, de los ajedrecistas, ha sido muy influida por esta novela breve. Muchos críticos la consideran la mejor obra del austríaco. Yo prefiero "Momentos estelares de la humanidad".  Zweig publicó "Novela de ajedrez" en 1941, durante su exilio brasileño. Se suicidaría poco después, desesperado ante los continuos triunfos nazis. Hace muchas vidas, vimos la peli " Farewell to Europe " sobre los últimos años del gran escritor.  Un trasunto del mismo Zweig, el misterioso doctor B. viaja en un transatlántico Nueva York-Buenos Aires. A los ajedrecistas, este planteamiento les traerá a la memoria las célebres olimpiadas de 1939, después de las cuales, varios jugadores europeos decidieron quedarse en Argentina. El doctor B. fue detenido por los nazis después del Anschlu