Ir al contenido principal

El mar. (John Banville, 2005)



Como me gustó mucho “Antigua luz” (2012), volví a leer al irlandés Banville, que pasa por ser el actual número uno de los escritores en inglés. Así que este verano, me sumergí en “El mar” (2005), que fue la novela que, al conseguir el Man Booker, lo dio a conocer al gran público.


Como en “Antigua luz”, tenemos un protagonista maduro, que recuerda pasajes de su primera adolescencia. Breves fragmentos de memorias antiguas, que vienen a su mente cuando, triste y solo, vuelve a aquel lugar de la costa. Huye como todos huimos. La novela crece en torno a una tensión creciente, difusa, terrible, porque sabemos que ocurrirá algo, bien al niño de aquellas viejas vacaciones, bien al adulto maduro que se recuerda a sí mismo. Esa maestría narrativa, esa exactitud en el control del suspense es la marca de la casa del llamado universo Banville (Premio Príncipe Felipe de las letras del 2014).


Mi verano, que ahora me suena tan lejano, transcurrió también junto al mar. Los niños jugaban, competían, vibraban a mi alrededor. Algún día recordaré ese verano. A veces, me estremecía relacionar las sombras de la novela con la infantil alegría pura que me rodeaba. Afortunadamente, recordaré el pasado agosto como un verano más feliz que el de Banville. Me imaginaré (eso es recordar) el mar del sur, luminoso, vivo. Y quizás olvide esta formidable novela. Y alguien me olvidará a mí, al final del todo.


Supongo que, al fin y al cabo, la gran literatura es poner en palabras sencillas lo que tantas veces tanta gente ha intuido: “Llevamos a los muertos con nosotros hasta que también morimos, y entonces es a nosotros a quien llevan durante un tiempo, y luego nuestros portadores  caen a su vez, y así sucesivamente en todas las generaciones imaginables (…) Cierto, algo de nosotros permanece, una fotografía desvaída, un mechón de su pelo, unas pocas huellas, unos cuantos átomos en el aire de la habitación donde exhalamos nuestro último aliento, y no obstante nada de todo esto será nosotros, lo que somos y lo que fuimos sino sólo el polvo de los muertos”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El correo

Noto, con cierto sentimiento de culpa, que no he publicado nada en dos meses. Agosto y septiembre se fueron casi sin dejar huella, como unos ladrones astutos, como un amante canalla, que no se queda a desayunar. La guerra perdida contra el tiempo que solamente los héroes verdaderos saben ganar. Yo no soy ningún héroe, solo aspiro a sacudirme la pereza. Me obligo a retomar el blog y para ello, reseñaré las últimas pelis que hemos visto.  "El correo" (2024), de Daniel Carpalsoro cuenta la historia de un chaval de Vallecas, un bigardo espabilado que se dedica a transportar dinero en efectivo desde la España milagrosa a las bancos y joyerías belgas, donde lo lavan y lo dejan hecho un primor de blancura. Ya sé que dicho así, suena a la trilogía "Transporter" de Jason Statham; pero Carpalsoro ha sido honesto. Ha hecho una cosa entretenida y sin pretensiones.  El primer acierto de la película es el ritmo. Del inicio al fin, las cosas ocurren porque sí, porque estamos vivos...

La sospecha de Sofía

Merche no aguanta demasiado tiempo en casa. Acabábamos de volver del Teruel de Teruel; pero insistió en ir al cine. Nos comimos unos bocatas con poca gracia y entramos a la vacía sesión de las 22:30. Soy un facilón. La película se basa en la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica. Es una historia de espías y de gemelos que se intercambian. Y como decorado, la España de los 60 y la Alemania Oriental. Da la sensación de que a alguien, en algún despacho madrileño de esos donde se manejan los dineros para lo de la cultura y el postureo, le gustó mucho la novela. Y le apeteció una película con mensaje sutil: Franco era malo; pero los comunistas aún eran peores. Y una vez más, ha quedado demostrado que no siempre sale una peli digerible de una novela que se vendió bien.  Es lo que tienen las historias de gemelos, que son difíciles de creer.  Siguiendo con obras maestras, me viene a la memoria una de las últimas películas protagonizadas por mi paisano Paco Martínez Soria y diri...

Corregudes mítiques: Fira de Sant Joan, 1997.

En este blog hemos reseñado novelas, comics, cortometrajes, coloquios, canales de youtube, boticas antiguas, documentales, ballet y monólogos. Hoy vamos con una corrida de toros. Una que los entendidos consideran "mítica". Los Politkommissare de la televisión pública valenciana decidieron emitirla la tarde del sábado, 27 de octubre de 2025. Mientras, en las calles de la capital se manifestaban decenas de miles de personas protestando contra la lamentable gestión de la barrancada de hace un año. Les juro que no me estoy inventando lo de la corrida. Desde siempre, el ser humano ha criado animales para hacer cosas con ellos. Principalmente, comérselos. Pero la mente humana siempre anda perdida en oscuros laberintos, así que también hacemos otras cosas con los bichos, un poco más raras. Cleopatra, al parecer, se bañaba en leche de burra. El presupuesto público da  para todo. " A escote no hay nada caro " es el lema de los borbones. Los ingleses criaban perros para que ...