Ir al contenido principal

Peregrinos.


Ayer por la tarde, fui al cine a ver el estreno "Peregrinos", una comedia que usa el Camino de Santiago como escenario. Yo anduve desde Saint-Jean-de-Pied-de-Port (Donibane Garazi) hasta Santiago hace unos cuantos años, así que tengo que juzgar la película como "peregrino" (qué aspecto más extraño tiene esa palabra) y me cuesta ponerme en el lugar del espectador que no haya hecho el camino. Se dice que cada uno hace su propio camino y vive la experiencia de una manera personal e intrasferible. La directora Colline Serreau pretender contarnos su Camino. Y no sé hasta qué punto lo consigue.
El argumento es bien sencillo y resultón: un grupo muy heterógeneo hace la peregrinación a pie desde Puy-en-Velay (en el Norte de Francia) hasta Santiago. Son tres hermanos que se odian, dos chicas francesas, dos magrebíes un poco desubicados, una enferma de cáncer y el guía. Cada personaje arrastra unos determinados problemas y tiene una motivación distinta. Durante los tres meses de marcha, irán apareciendo y cambiando las relaciones entre ellos, con final feliz y predecible.
Al principio, la película me resultó empalagosa y demasiado artificial. Me fui refugiando en los hermosos paisajes que recorre el grupo. Y me reafirmé en una vieja conclusión: Francia es el país más hermoso del mundo. Y para mi suerte, la mayor parte del metraje trancurre allí. Luego,la película va ganando un poco en profundidad. De hecho, me emocionó cuando uno de los caminantes: una profesora laicista y protestona se pone a enseñar a leer a uno de los pobrecicos magrebíes, que está convencido de que peregrinan a Saint-Jacques de la Meca.
No sé si recomendaros la película; pero lo que si os recomiendo es que en algún momento de vuestras vidas os pongáis una mochila (con poco peso) y echéis a andar hacia donde va el sol, hacia donde acaba el mundo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asesinato en el campo de golf.

La realidad siempre supera a la ficción. Ni el mejor Azcona podría haber imaginado la boda cortesana del otro día ni el más inspirado Berlanga, rodarla. Fue una inundación de imágenes ridículas, un tsunami de mal gusto, una representación prodigiosa y completa de todo lo vano y risible de nuestra sociedad. Dicen que el humor siempre ha de apuntar hacia adentro y hacia arriba y apuntar bien la pistola es difícil; pero las imágenes que, como huesos, tuvo a bien echarnos la tele de Ayuso eran una diana gigantesca, grande como un océano de paradojas. Dispararas donde dispararas, acertabas. NO piensen que les deseo unos tiros o unas bombas a los convidados. Sobre eso, volveré más adelante. Al revés, hay que agradecerles a todos que acudieran disfrazados a la iglesia de San Francisco de Borja para alegrarnos la vida y recordarnos, con humor y gracia congénita, cuán estúpido es nuestro reino y cuán absurda es la existencia humana. Dios, gracias por el fuego y por el humor. Semejante orgía de

The royal game.

La famosa "Novela de ajedrez" de Stefan Zweig suele ser la primera obra literaria que cualquier lector occidental citará en relación al juego-ciencia. La imagen social del ajedrez, o mejor dicho, de los ajedrecistas, ha sido muy influida por esta novela breve. Muchos críticos la consideran la mejor obra del austríaco. Yo prefiero "Momentos estelares de la humanidad".  Zweig publicó "Novela de ajedrez" en 1941, durante su exilio brasileño. Se suicidaría poco después, desesperado ante los continuos triunfos nazis. Hace muchas vidas, vimos la peli " Farewell to Europe " sobre los últimos años del gran escritor.  Un trasunto del mismo Zweig, el misterioso doctor B. viaja en un transatlántico Nueva York-Buenos Aires. A los ajedrecistas, este planteamiento les traerá a la memoria las célebres olimpiadas de 1939, después de las cuales, varios jugadores europeos decidieron quedarse en Argentina. El doctor B. fue detenido por los nazis después del Anschlu

El niño que miraba al mar (Luis Eduardo Aute)

Tomás, compañero y sin embargo, amigo, me manda esta fervorosa reseña del concierto que compartimos la semana pasada: ¡Aute sigue en plena forma! Será porque nos mentalizamos para un homenaje al maestro, al que suponíamos agostado, será por envidia; pero es lo primero que me sorprendió de un concierto vibrante de música, letra y ritmo. Fue en La Rambleta, en Valencia el 28 de noviembre. Aute ya tiene 71 años, nunca ha exigido mucho a su voz y las mesas de mezclas hacen maravillas, pero todo eso no desmerece que sonó limpio e intenso. Uno no puede menos que preguntarse cuál será el secreto de su vigor, y cómo aplicárselo. Cantó las canciones de su último disco “El niño que miraba el mar” y algunas de sus discos anteriores, ya 46 años componiendo. Al final del concierto se centró en las históricas las de los 70 y 80 después de haber amagado tres veces con terminar e irse. Total 3 horas sin descanso. Se hicieron cortas. Le acompañaron tres músicos muy buenos, incluido s