El mundo está lleno de genios con un gran futuro a sus espaldas. Gentes que tuvieron talento y que no hicieron nada con él. Los mejores del equipo de fútbol juvenil. Que ahora son diletantes, expertos en todo, especialistas en nada. Gentes que acaban escribiendo blogs y abusando de los adjetivos y del alcohol. Y luego están los que perseveran. Los pocos afortunados que encontraron su vocación. Y aunque eran bajitos, lentos, feos y con voz gangosa, perseveraron en ella. Se la jugaron. Y aprendieron el oficio. Ahora juegan en un equipete de segunda; pero se dedican a lo que les gusta. Y algún domingo bueno, la grada les aplaude. Santiago Segura es de la segunda clase. El tipo quería hacer cine y ser famosete y lo consiguió. No es un genio del humor, ni cambiará la historia de la literatura con los relatos porno que escribió para ir tirando; pero va haciendo sus cosas, sin descanso, como una hormiguita fea y calva. Y a la gente nos hace gracia lo que hace. “Sin ro...