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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Dos días y una noche.

Juan insistió en que no nos debíamos perder esta peli mientras disfrutábamos de un banquete en mi casa. Y yo me olí que la cosa iba por lo social, porque la conversación en seguida viajó hacia quién no votará a Podemos. Efectivamente, algunos críticos han calificado esta cinta belga de “épica socialista en miniatura”. Yo no diría tanto; pero es cierto que la obra tiene todos los ingredientes de las grandes pelis del género: una historia profundamente personal pero enlazada con las crudas vivencias de toda una clase social (en este caso, los obreros belgas); dilemas éticos a los que el espectador ha de dar una respuesta; y sobre todo, malos y buenos. Y como me gusta mucho el género, me gustó mucho la peli. Cuenta la historia de la empleada de una fábrica de paneles solares que se ve ante una situación angustiosa. La despedirán a no ser que sus compañeros de línea acepten renunciar a unas primas de producción. A contra reloj, ha de convencer a la mayoría de que se pongan a

UNA APRESURADA VISITA A LA FARMACIA-MUSEO ARAMBURU DE PLENTZIA (VIZCAYA) (3ª parte y final)

Un buen amigo de este blog, José María de Jaime Lorén, de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia) nos envía una interesante crónica en tres entregas de sus viajes como historiador de la ciencia y la farmacia. El Museo farmacéutico Cuando inicia Enrique la tarea de explicarnos los materiales farmacéuticos expuestos, nos indica que apenas vamos a ver allí una mínima parte de los que tienen guardados en otros lugares. Nos habla igualmente de una enorme bola que se exhibía en una ventana, de color verde en situaciones normales, y de color rojo en épocas de epidemias para advertir a los viandantes de la circunstancia. Bola que ha cedido a cierto museo bilbaíno. Los objetos que se exhiben están dispuestos en los mismos anaqueles que, convenientemente restaurados, constituían el mobiliario de la farmacia Aramburu y de la farmacia Ruiz de Gopegui, esta última adquirida y amortizada en 1966 por Alejo Aramburu Gardoqui. En la sección que llama Farmacia y medicamento,

UNA APRESURADA VISITA A LA FARMACIA-MUSEO ARAMBURU DE PLENTZIA (VIZCAYA) (2ª parte)

Un buen amigo de este blog, José María de Jaime Lorén, de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia) nos envía una interesante crónica en tres entregas de sus viajes como historiador de la ciencia y la farmacia. En la vieja farmacia de Plentzia En la puerta de la estación nos espera ya Enrique y, sin más dilación, vamos directamente a su Farmacia-Museo. Lo primero que nos llama la atención, al margen de las gruesas paredes de piedra de sus paredes, es que, efectivamente, es una farmacia en activo que dispone su museo en el mismo entorno en el que se sigue ejerciendo hoy esta actividad. Nada más entrar, nos muestra las viejas baldosas hidráulicas del suelo original, así como los techos decorados con dos querubines, uno con la copa de la Farmacia, el otro con un albarelo de quina. Estos detalles muestran ya que nos encontramos en un establecimiento donde se cuidan los detalles de buen gusto, la elegancia. No olvidemos que allí mismo, durante décadas, se celebraron l

UNA APRESURADA VISITA A LA FARMACIA-MUSEO ARAMBURU DE PLENTZIA (VIZCAYA) (1ª parte)

Un buen amigo de este blog, José María de Jaime Lorén, de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia) nos envía una interesante crónica en tres entregas de sus viajes como historiador de la ciencia y la farmacia. Callejeando por Bilbao Hacía tiempo que deseábamos ir a Bilbao. Desde que en el pasado mes de junio conocimos a Enrique Aramburu Araluce en el Congreso de Historia de la Farmacia celebrado en Alcalá de Henares, teníamos ganas de cumplimentar la invitación que nos hizo para visitar su Farmacia-Museo. Y allí nos fuimos unos días el pasado mes de noviembre. Bilbao está ahora mismo precioso; lo encontramos cosmopolita, abierto. Visitamos el casco viejo con una gentil guía turística que nos cuenta su historia. Cómo la vieja aldea de pescadores que vivía de lo que extraían de las aguas del Nervión, a lo largo de la baja Edad Media gana en importancia frente a la gran ciudad marinera de Bermeo. ¿La causa? La geografía. Los productos que exportaba Castill