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Mostrando entradas de agosto, 2011

Sitios en los que no he estado, sitios en los que no estaré.

En el blog comento habitualmente las cosas que veo o que leo. Me saltaré la norma y comentaré algunos actos en las que no he estado y en los que no estaré. De hecho, esta va a ser la última entrada por unos meses, ya que voy a hacer un largo viaje. Algo a lo que no podré acudir es el "Ideotas Festival" que tendrá lugar en Teruel a principios de septiembre. Habrá exposiciones y charlas sobre historietas y caricaturas. Se trata de un homenaje a JaviRillo, el dibujante del altiplano que falleció hace un año. Ya citamos la triste noticia en el blog. Descubro en su dibujo, que han usado para el cartel del festival, muchas cosas cercanas y entrañables. Algo a lo que no acudí fue la charla sobre los hermanos Labordeta que dio en mi pueblo un habitual de esta bitácora. Lástima. No hay tiempo para todo; pero me hubiera gustado escuchar alguno de los tremendos poemas del gran Miguel Labordeta: "Me registro los bolsillos desiertos para saber dónde fueron aquellos sue

Viajes por Guipúzcoa.

Como el año pasado, con dos amigos, he andado por los prados húmedos y los bosques de robles de Guipúzcoa, por sus caminos oscuros y embarrados, por sus pueblos de casas hermosas y calles empinadas. Nos pilló la niebla bajando la sierra de Elgea y la lluvia y el viento frío cruzando Aralar. Cerca de nosotros balaban las latxas y rumiaban tranquilas vacas felices y antiguas. Más que nunca, he advertido el contraste enorme entre los grandes pueblos industrializados (Mondragón, Beasain) y la Guipúzcoa más rural. Abajo, en los valles fluviales, las autopistas cortan por la mitad ciudades horribles de viejas naves industriales abandonadas y fincas húmedas donde vivían los que vinieron desde Extremadura. Y allá arriba, en las montañas, en los prados de un verde brillante y puro, están los caseríos orgullosos, el bosque oscuro y los pequeños pueblos monolingües. En ese contraste, que sospecho tan estético y emocional como político, radica una parte del conflicto terrible que durante tant

Caravaggio en El Prado

Estoy de paso en Madrid, esa ciudad que, para bien o para mal, siempre me parece tan ajena y tan desconocida, y por tanto, tan impresionante. Ayer, como otras veces, eché un ratito en el museo de El Prado. Me venía a la mente un documental que hicieron hace poco en la 2 sobre la hazaña que logró la República Española. Bajo las bombas italianas y alemanas, consiguieron evacuar la colosal colección. Cuando el gobierno de Burgos fue reconocido por británicos y franceses, la colección regresó desde Suiza sin que se perdiera un solo cuadro. Posiblemente, nunca un tren ha transportado un tesoro de tanto valor. El Bosco, las pinturas negras, Juan de Ribera...el alma de Europa en esas paredes. Imágenes que inextricablemente forman parte de nuestra memoria, allí delante, al alcance de una mano traviesa. Hasta el menos interesado se queda un momento sin respiración. La gran estrella de esos días era "El descendimiento de la Cruz", un Caravaggio que los museos vaticanos han cedido al Pr