Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2009

El reino del ocaso (Jon Juaristi)

Durante el último mes he tenido este libro de título tan evocador en la mesilla de noche y he ido picoteando entre sus páginas. Me ha gustado, pero me da la sensación de que no he entendido nada. La erudición de Juaristi me deslumbraba. Y el problema de ir deslumbrado es que uno no sabe donde va. El desordenado aluvión de referencias, nombres, alusiones ingeniosas, etimologías, anécdotas, significantes y significados no encontraba sitio en mi pequeña cabecita de hombre de ciencias. Salvando las muchas distancias entre los autores, el libro me recordaba en lo formal aquella impostura a la que le dieron un premio: el "Gárgoris y Habidis" de Sánchez Dragó, que también me impresionó mucho en su momento. Supongo que todo esto fue porque de mayor yo queria ser tan erudito como Juaristi o acostarme con tantas señoritas como Sánchez Dragó. He acabado corrigiendo exámenes de chicos que no saben nada de lo telúrico y lo intrahistórico, ni falta que les hace, al menos, para chatearse co

Cinema jove: "Rodilla" y "Arte de Roubar"

Mi novia había conseguido unas entradas y el sábado por la noche fuimos al acto de inauguración del festival de cine "Cinema Jove". Por suerte, la cosa no era demasiado glamourosa. Más bien, me pareció demasiado poco glamourosa... Pero valió la pena sentarnos en el Teatre Principal, aunque fuera al fondo, al lado del de la ambulancia. Por lo demás, me sonó a lo de siempre... gracias por venir, queridas autoridades... tú me subvencionas, yo te subvenciono...tú estrenas la de mi novio y yo estreno la del tuyo...e intentamos hacerlo en inglés, que para eso somos internacionales, aunque luego nos salga todo en castellano, que estamos en Valencia y "son más muelles" (como dijo el Conde-duque de Olivares). Proyectaron un corto y un largo. El corto "Rodilla", de Juanjo Giménez, nos gustó bastante. Se nota que no estamos acostumbrados a ver cortos. La peli era "Arte de roubar" de Leonel Vieira (portuguesa-brasileña con producción española). Se trata de u

La extraña pareja (1968)

La otra noche volví a ver esta comedia clásica con mucho placer. El argumento es sencillito: dos divorciados compartiendo piso. Los divorcidados son una de las parejas más eficientes de la historia del cine, Mathau y Lemmon, que hacen que todo en la peli funcione bien. En el número 1 de la revista " Bostezo " ya me publicaron una reseña sobre la genial "Primera plana" de Billy Wilder, que también se basa en la vis cómica de la pareja. Lemmon es un maniático de la limpieza y de la organización, mientras que Mathaus es un adanazo que solo necesita unos segundos para llenar de mierda su apartamento. Ambos proyectan en el otro sus frustaciones y sus fracasos, y te ríes un rato. Mientras la veía me daba cuenta de que esos estereotipos reflejan bien las actitudes extremas en las que podemos caer los "singles" (traducido: los hombres que vivimos solos según la jerga sociológica actual). Y me miré a mí mismo con cierta lástima y con cierta preocupación.

The road to Guantanamo (2006)

Veo en la prensa que la administración Obama necesita países que quieran acoger a los prisioneros de Guantánamo, ahora que ha decidido definitivamente cerrar el campo de concentración. Me acuerdo de la película británica "The road to Guantanamo", de los directores Winterbottom y Whitecroos (2006). La peli, que recibió el Oso de Plata en Berlín, es un documental dramatizado mezclado con imágenes reales. Cinematográficamente, me pareció aburrida y pesada; pero me hizo reflexionar un buen rato. Claro que no llegué a ninguna conclusión. Narra la historia de 4 británicos de origen paquistaní, que fueron capturados en Afganistán por la Alianza del Norte. No queda muy claro si estaban en Afganistán como turistas o para su yihad particular. Lo cierto es que, de pronto, se ven arrojados a un mundo kafkiano de torturas y humillaciones, en el que nada entienden. Una pesadilla llevada a la realidad, pagada con el inmenso presupuesto de los países occidentales, y que acaba en jaulas para

Memorias de un beduino.

Mi hermano me regaló este libro para mi cumpleaños. Y lo he devorado rápidamente durante estos días en los que tanto se discute en periódicos y tertulias sobre el resultado de las elecciones europeas. Se dice que ha habido poca participación porque el electorado percibe que el europarlamento no sirve para nada ¿Y para qué sirve el parlamento español? ¡Ah, sí! para elegir al presidente... Creo que la mayor parte de los sistemas legislativos de las actuales democracias indirectas sirven para poco: ni controlan al ejecutivo ni consiguen trasladar la voluntad popular (sea lo que sea esa cosa) a las leyes que aprueban. Labordeta cita en el libro un término muy castizo para definir a esos diputados sin vinculación con sus votantes, que simplemente asienten a lo que dice su jefe de filas: culiparlantes. Durante las dos legislaturas que fue diputado por Zaragoza, Labordeta fue cualquier cosa menos un culiparlante. Presentó más enmiendas y reclamaciones que el resto de diputados aragoneses (12

The private life of Sherlock Holmes.

When Billy Wilder presented this personal vision of the famous Doyle’s character in 1970, he wasn’t well understood, and the film was a failure. “The private life of Sherlock Holmes” has been better appreciated with time like other Wilder’s works The film shows a closer and vulnerable Sherlock. He is presented as a man, not as the God of logic. The classical stereotype is broken. The problems of the famous detective are not small details in his overwhelming personality; drugs addiction and misogyny are real problems of a very complex man. Wilder also treats widely other important aspect of Holmes’ myth: his relationship with Watson. Their living together is not easy. The speculations about the homosexual nature of the relationship worry them both. In one unforgettable sequence of the film, Watson understands the truth about his admired friend. Wilder is able to explain it masterly, with humoristic elegance. The film is so rich that each time I see it, I discover new things. Last night,

Terminator. Salvation.

Estábamos de paso en la pirenaica Puigcerdà. Para llenar la tarde fuimos al cine del pueblo y estrenaban la cuarta de la saga. Así que felices como niños, nos pusimos los primeros de la cola, temerosos de que no hubiera sitio. Pero había sitio, la gente ya no va al cine y la inmensa y vieja sala estaba casi vacía. Supongo que hay muchas razones para que la gente ya no vaya al cine, ni siquiera a ver un estreno mundial ("simultàniament en tota Catalunya", creo que ponía). Quizá una de estas razones es que el cine-espectáculo-industria ya no proporciona casi nada que otros medios no puedan dar. "Terminator. Salvation" no se diferencia mucho de un video juego. Son unos personajes planos, explosiones por doquier, unos robots malos y unos efectos especiales que, de tan perfectos, pasan desapercibidos. Los únicos dos temas que me podrían resultar interesantes (las paradojas de los viajes en el tiempo y la discusión sobre la rebelión de las máquinas inteligentes) son obvia

Die Welle (2008)

Se basa en la novela homónima, que a su vez, se había inspirado en hechos realmente ocurridos en un instituto californiano. Un profesor demostró a sus alumnos que todos tendemos a ciertos comportamientos gregarios, a unirnos a un grupo y a dejar nuestra voluntad en manos de líderes. Es decir, que la semilla de los regímenes totalitarios está en la psicología humana, en la necesidad de aceptación y de protección. El profesor perdió el control sobre el experimento, que, en cierto sentido, cobró vida propia. El monstruo del fascismo y de la exclusión está dentro de cada uno de nosotros. Todos (o casi todos) deseamos marcar el paso y vestir uniformes alguna vez. Dennis Gansel traslada la historia a la Alemania contemporánea, con lo que aparece inmediatamente la terrible pregunta "Lo que ocurrió, ¿podría volver a ocurrir?". Y la respuesta que da la peli es necesariamente, pesimista. Pensé en que las dictaduras de hoy y las del futuro no son (no serán) como las del pasado, serán má