La otra noche volví a ver esta comedia clásica con mucho placer. El argumento es sencillito: dos divorciados compartiendo piso. Los divorcidados son una de las parejas más eficientes de la historia del cine, Mathau y Lemmon, que hacen que todo en la peli funcione bien. En el número 1 de la revista "Bostezo" ya me publicaron una reseña sobre la genial "Primera plana" de Billy Wilder, que también se basa en la vis cómica de la pareja.
Lemmon es un maniático de la limpieza y de la organización, mientras que Mathaus es un adanazo que solo necesita unos segundos para llenar de mierda su apartamento. Ambos proyectan en el otro sus frustaciones y sus fracasos, y te ríes un rato.
Mientras la veía me daba cuenta de que esos estereotipos reflejan bien las actitudes extremas en las que podemos caer los "singles" (traducido: los hombres que vivimos solos según la jerga sociológica actual). Y me miré a mí mismo con cierta lástima y con cierta preocupación.
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