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Mostrando entradas de agosto, 2010

Centurión.

Al igual que hacían nuestros padres y abuelos, para huir de los calores del final de agosto, me fui al cine, que tiene aire acondicionado. Y escogí esta peli bélica. Trata de unos soldados norteamericanos que combaten en Afganistán. A pesar de la superioridad en hombres, armas y preparación de las tropas de ocupación, sufren continuas bajas a manos de los pashtunes, que practican una guerra de guerrillas cruel y fanática. Después de que su división sea aniquilada, el grupo de soldados queda detrás de las líneas enemigas, al mando de un suboficial llamado Quinto Dias (Fassbender). Intentan sobrevivir, perseguidos como animales en un territorio que difícilmente puede albergar vida humana. Podemos contemplar una sucesión de escenas extremadamente violentas, que rozan lo gore, en unos paisajes desnudos y puros. La peli solo aspira a entretener y todos los personajes, tanto los marines como los talibanes son planos; los primeros hacen de soldados voluntariosos y viriles y los segundos de fu

Guipúzcoa. Bernardo Atxaga.

He pasado unos días hermosos andando por las frescas montañas de Guipúzcoa con dos buenos amigos. Durante esos días han venido a mi mente en varias ocasiones dos libros de uno de mis autores preferidos. A través de esos libros, he intentado entender la realidad de lo que estaban viendo mis ojos y mis botas de senderista. Pero a su vez, las historias que leí en esos dos libros, deformaban esa realidad que estaba delante de mí y me hacían ahogarme en un mar de tópicos y lugares comunes. La literatura como un gran prismático y también como una lente deformante. El autor al que me refiero es, obviamente, Bernardo Atxaga. Y los dos libros, escritos originalmente en euskera y traducidos por el propio autor, son: "Un hombre solo" (1993) y "El hijo del acordeonista"(2004). Uno de los hostales en los que nos alojamos, cerca de Arrate, me recordaba al hotel rural en el que se ambienta la primera novela. Ese hotel es el refugio de un ex-miembro de ETA, que vive entre la angust

Lecturas del verano.

Compruebo con asombro la cantidad de días que llevo sin meter entradas en el blog. Muchos días sin internet, días plácidos de verano, de tranquilidad y de viajes. Reseño brevemente lo que he leído en estas vacaciones que ya se van, para siempre. A finales de julio, me leí "La historia del dinero. De la piedra arenisca al ciberespacio", de Jack Weatherford. Se trataba de un libro de saldo que me encontré por casa. Inicialmente me decepcionó al comprobar que, además de anticuado, no era un libro sobre historia económica. En realidad, trata los aspectos sociológicos del uso del dinero a lo largo de la historia. Pero luego empecé a disfrutarlo más. Comencé a comprender que si hay algo que caracteriza a nuestra civilización (la manera humana de vivir de unos 5.000 años hasta ahora) frente a otras, es precisamente que la sociedad completa gira en torno a esa cosa prodigiosa llamada dinero. Siempre me llama la atención la capacidad que tienen los autores anglosajones para relacionar