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Mostrando entradas de marzo, 2014

"Philomena" y "Dallas Buyers Club"

Vivimos a través de las emociones ajenas. Los padecimientos y las alegrías de los otros nos hacen llorar y reir. Espejos sutiles de nuestro yo vacío frente al televisor deshonesto. La empatía, esa ilusión, ese prodigio evolutivo. El arte todo, especialmente el audiovisual, es la manipulación de esa empatía, de la envidia, de la solidaridad más pura. Y esto vale para la mierda de las telecinco y  para los poemas que Miguel Hernández escribió en la cárcel. Aunque haya universos de diferencia en la intención o en la artesanía usada. Las dos últimas pelis que hemos visto  tenían mucho de ese trabajo emocional. Ambas  logran que el espectador se ponga en el lugar de los protagonistas y que sienta un poco su dolor y un poco su lucha por vivir. Y que salga del cine con la ilusión de haber llenado un poco esa nada que nos inunda por dentro. Con menos arte, con otros actores u otro atrezzo, ambas pelis serían telefilmes para después de comer. Pero, afortunadamente, ambas son dignas y están

Historia de un idiota contada por él mismo.

Murió el desdichado Leopoldo María Panero, el loco oficial de la poesía española. Nunca leí nada de él. Y es que no he leído poesía, desdichado de mí. De los nueve novísimos , solo he leído prosa. Mucho de Vázquez Montalbán, como cualquier cristiano. Y el otro día, esta obrilla del barcelonés Félix de Azúa. Se trata de una autobiografía que el protagonista convierte en un filosófico experimento de búsqueda de la felicidad. O mejor dicho, de demostración de la imposibilidad de aquella. El idiota indaga en los sucesivos escenarios que la vida le ofrece: la infancia, el sexo, la política, el amor, sin llegar a conclusión alguna, porque la pregunta de investigación no admitía respuesta.  Aunque la inevitable sensación de vacío que deja el texto, se ve mitigada por lo ingenioso de las frases y reflexiones que, empezando por el título, trufan el opúsculo. “Al día siguiente me maté. Dicho así, parece algo irreparable; pero no lo es tanto” o “He concebido un proyecto magnífico: