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Mostrando entradas de noviembre, 2008

Aquí no puede ocurrir. El nuevo espíritu del capitalismo.

El otro día me llegó un correo electrónico citando un artículo de 1998 del célebre Arturo Pérez Reverte (no confundir con los escritores Jorge Martínez Reverte o Javier Reverte). Aunque Arturo Pérez Reverte no sea santo de mi devoción, hay que reconocerle que ha encontrado un tono que gusta (y vende). El artículo, titulado "Los amos del mundo" dice cosas como: " Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden. No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fas

Versiones de la historia.

"El Mundo" está vendiendo una colección de libros y documentales titulada "El camino de la libertad (1978-2008)", sobre la historia española contemporánea. La autora principal es la periodista Victoria Prego, que se ha ido convertido en la narradora por excelencia de la versión ortodoxa de la transición. La otra noche, vi el primer documental de la serie, titulado "Nace la constitución. 1977-1978" que, por supuesto no se aleja ni un milimetro del guión establecido. Ese guión es cómodo para los distintos poderes y consolador para la mayor parte de los españoles, que así se ven protagonistas de una transición luminosa y "ejemplar". En los manuales que estudiarán los niños del futuro, se resaltará el espíritu de concordia, el decidido protagonismo del Borbón a favor de la "democratización", el "destape" y el Mundial de fútbol del 82. Todo muy bonito. Por desgracia, la historia nunca es tan lineal ni sencillita como se relata en e

Asterix y los vikingos.

Los cómics de la generación que nos precedió fueron " El Guerrero del Antifaz ", " El capitán Trueno " y " Roberto Alcázar ", autárquicos, militarizados, españolísimos, limitaditos y evidentemente, homosexuales. Los cómics de nuestra generación ya fueron más cosmopolitas y presentables. De Estados Unidos nos llegaban los superhéroes Marvel y de la lejana Europa, Tintín y Asterix. Aunque la sexualidad de estos últimos tampoco ha estado clara nunca. A mí, me gustaba más Asterix. Supongo que prefería la historia antigua a la historia contemporánea y lo coral a lo individual. Así que cuando iba a la biblioteca, buscaba afanosamente las aventuras de los galos. Y el otro día, me saqué del vídeo club esta adaptación en dibujos animados. Y me gustó mucho, claro, como cuando era un crío. Creo que la peli logra captar algo de ese arte que rezumaba el cómic ¡Qué placer esos dibujos de línea estilizada y esos colores puros! ¡Esos bosques donde los druidas buscaban el

Glengarry, Glen Ros.

Tengo un puñado de amigos que trabajan como comerciales. Algunos son meros vendedores, otros "consejeros de ventas" y otros, jefes de delegación. Su trabajo no es fácil. Y más, en esta época de bancarrotas, de parálisis, de impagados y de insolvencias. Para justificarme, puedo decirme a mí mismo que ellos, con menos formación, ganaban más dinero que yo en los años en los que la pirámide crecía. Porque todo esto es un sistema piramidal, un gran engaño, un timo monumental y fastuoso, digan lo que diga Prisa, los de "El Inmundo" y los socialdemocrátas. Y me puedo decir a mí mismo que cuando a mis amigos las cosas les iban bien, sus viernes eran días divertidos de largos almuerzos, gin tonics y pubs donde celebrar sus comisiones. Y mis viernes eran días grises de tutorías y asignaturas de libre elección que nunca pude elegir. Sin embargo, en el fondo de mis once dioptrías, sé que yo no tendría agallas para salir cada mañana y para convencer a un cliente de gastarse todo

Todos los hombres del rey.

Los medios de comunicación nos han mantenido puntualmente desinformados de las elecciones presidenciales norteamericanas. Y creo que casi toda la población mundial se congratula de la victoria de Obama y del fin de la presidencia de Bush III, el último del trío de las Azores. Con el crack financiero, y con un candidato tan lindo era imposible que los democrátas no barrieran. No ha existido la posibilidad del pucherazo del 2000. Además, Obama ha ido derechizando su discurso para que no le pegaran un tiro. El futuro presidente se va a encontrar un panorama desolador: el déficit presupuestario norteamericano, las tres o cuatro guerras en marcha, la bomba de Irán, la recesión, etc. Le van a salir canas. Así que para entender algo más de todo esto y hacer la digestión de la cena del viernes, me busqué una peli sobre política norteamericana. ¿Y qué mejor que una de Zaillian (autor de la hermosísima "En busca de Bobby Fischer")? La película es un remake basado en una novela de R.P.

“Collapse”. Jared Diamond. (2005)

A colleague, though a friend, lent it to me. Two years ago, I read in Spanish “El tercer chimpancé”, about anthropology, by the same author. At that time, I thought Diamond was a very educated writer. But now, I am even more impressed because the matters described in “Collapse” come from very different fields of Science. It is a real pleasure to read this kind of Renaissance work nowadays, at the time of blind specialisation. The book is about some old and modern societies and civilizations. It is focused on the important question “Why some societies survived and other collapsed?” Obviously, it is a clever way of asking “Is our civilization going to survive or fail?” Diamond explains that societal collapses usually involve an important environmental component, climate changes, hostile neighbours and other minor factors. Each society gave different responses to those problems. He chooses civilizations from different ages and places, surrounded by different environmental conditions, and

"Testigo de cargo" (Willy Wilder, 1957)

Anoche vi en DVD este viejo supense judicial. Lo vi con cariño, con simpatía. Y lo disfruté mucho. Y es que los clásicos son los clásicos. Por supuesto, está lejos de las obras maestras de Wilder; pero la historia está bien filmada, bien ordenada y bien contada, sin esquinas que se puedan oxidar ni baches donde uno se pueda tropezar. Creo que es una adaptación de una obra de teatro de Agatha Chrisitie, sencillita y apañada, con un final fácil de adivinar. El gran Laughton aporta el lado cómico con sus vicios de abogado resabido y gordo " Señorita Plimsoll, si usted fuera una mujer la azotaría ahora mismo ". Y la Dietrich llena la pantalla cada vez que sale. Impresionaría aunque fuera la narradora de un documental sobre el parlamento sueco. Por supuesto, Tyron Power y su cara de tonto encantador no le hacen ni sombra. Incluso me atrevo a decir que el desgarro y el misterio de la Dietrich quedan un poco desubicados en las acolchadas salas de los tribunales británicos, donde se

Pozos de ambición.

Quizá no vimos "Pozos de ambición" en las condiciones más adecuadas. La compramos en Ono y la pantalla de la tele no permitía apreciar la fotografía que han ensalzado algunas críticas. Hacía frío y estábamos rebujaditos en el sofá. Un excelente Ribera del Duero "Abadía de Montrús" nos calentaba el alma y nos adormecía. Así que los 150 minutos de peli se nos hicieron largos, largos. Sobraba al menos, una hora de película. Fuera, se oía el viento del norte. Me gustó el principio, la épica de los primeros prospectores, la peligrosidad del trabajo, esos desolados paisajes norteamericanos, donde solo la muerte parece tener sitio. Nos llamaron la atención los largos fragmentos de la historia en los que nada se dice, ninguna palabra se pronuncia. Casi no aparecen mujeres. Es decir, no hay lenguaje, no hay cariño. Solo ambición, sudor, suciedad. Bienvenidos al capitalismo, por mucho que la "socialdemocracia" actual venga en su ayuda. Incluso, creo que el trabajo d

"Solo quiero caminar"

Nunca olvidaré el final de "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto": Victoria Abril descargando cajas de cerveza, cojeando, después de haber sufrido brutalidades sin cuento. Me parece una de las escenas más hermosas de toda la historia del cine español, un inigualable canto a la esperanza y a la fuerza humana. Así que fácilmente convencí a mi novia para ir al estreno de la nueva de Agustín Díaz Yanes. Y me esperaba mucho. Al fin y al cabo, todo indicaba que esta peli estaba muy relacionada con la genial opera prima del madrileño. Y efectivamente, el planteamiento de "Solo quiero caminar" repite el de "Nadie hablará.." e incluso, la segunda es la continuación cronológica de la primera. Pero no nos gustó. Y no nos gustó porque el director y guionista ha intentado meter demasiadas cosas. El tema es el mismo que en "Nadie hablará...": en "Solo quiero caminar" se contraponen hombres extremadamente violentos (narcotraficantes mexican