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Mostrando entradas de enero, 2009

Hellboy y el ejército dorado.

Me saqué del videoclub este estreno. Y vi una peli entretenida, divertida, ruidosa y vacía. El personaje de Hellboy tiene muchas menos dualidades y sombras que en la primera película y es por tanto, menos interesante. Se dedica a dar bofetadas y a salvar al mundo. Es decir, poca cosa. Por otro lado, nos hemos acostumbrado tanto a los efectos especiales que imágenes que hace una docena de años nos hubieran parecido milagros dignos de muchos rebobinados, pasan desapercididas y se olvidan inmediatamente. O peor, huelen a refritos. El "mercado de los trolls" apesta a Guerra de las Galaxias. Nada nuevo bajo los soles de Tatooine. Quizá lo más llamativo de esta secuela ha sido que Del Toro se ha explayado metiendo su imaginario personal y podemos ver a criaturas del submundo que miran con sus manos y cogen la energía del bosque, etc, etc. Es decir, lo que ya hizo en la interesantísima "El laberinto del Fauno"; pero con más presupuesto y menos misterio. Un aspecto que nece

La virgen de los libros y "Botchan".

El pasado domingo hice una excursión con los compañeros de trabajo por el sur de Cataluña. Fuimos a hacernos una gloriosa calçotada: uno de esos placeres que solo pueden encontrarse en estos cerros a mitad de camino entre el Mar Mediterráneo y los desiertos aragoneses, en esa tierra de huertos, barrancos, pinos, olivos, bungalows feos y hermosos massets. Para disimular, tuvimos nuestro ratito cultural y visitamos el Castell de Sant Miquel d'Escornalbou. El Monasterio de Escornalbou fue restaurado por el patricio Eduard Toda. El sr. Toda fue un diplomático políglota, egiptólogo, bibliófilo y esdrújulo que, a su vuelta a España, compró el monasterio en ruinas y se hizo una casita cojonuda con ventanas medievales a la mejores vistas de la comarca del Baix Camp. La burguesía industrial de Reus no sólo tuvo mucha influencia en el principado, sino que (a través de su paisano el generalote Prim) influían en toda España. Aspiraban a modernizar la economía y la política. Fracasaron. Me pare

"My beautiful laundrette". Stephen Frears, 1985

I looked for the film “My beautiful laundrette”, because I was interested in seeing the British actor Day-Lewis in one of his first performances. Surprisingly, I found a well-made movie about love and racism. London in the eighties: Omar is the son of an unsuccessful Pakistani journalist and politician. Omar is a fragile young man, well brought up, obedient and silent. His uncle Nasser, one of the richest members of Pakistani community, protects him. Nasser makes Omar responsible for one of his filthy laundrettes. He doesn’t expect very much from his nephew, but Omar always smiles and thanks for everything. But the point of the movie are the secrets Omar hides. Indeed, he is an entrepreneur and he is going to change his uncle’s mucky laundry into a brilliant business. The power which moves him is not other than love. He gives a job to his boyfriend Johnny (Day-Lewis), a typical work-class hooligan. This gay relationship cannot be accepted by the Muslim world of the Anglo-Pakistanis, ne

Paradise now (2005): franja de Gaza.

Con la franja de Gaza casi totalmente ocupada por el ejército israelí, me decido a ver esta peli, del director Hany Abu-Hassad (2005). Se trata de la historia de dos palestinos de Nablús, amigos desde la infancia y compañeros de trabajo, que van a ser enviados a Israel para cometer un atentado suicida. La película narra, de manera muy lineal, las horas anteriores al atentado. Su interés argumental radica en las reflexiones y en los sentimientos que van apareciendo durante su camino a la inmolación. Vemos a sus familias, la vida miserable y desesperada en la Palestina no ocupada por Israel y la manipulación que los líderes religiosos ejercen sobre los jóvenes palestinos. La peli no tiene grandes aspiraciones, se limita a contar los hechos y deja al espectador que juzgue. Aunque el título sea un guiño a la película de Coppola, no hay ninguna violencia explícita. Además de los dos protagonistas, Kais Nashef y Ali Sulliman, fue una sorpresa agradable volverme a encontrar con la bellísima

Pelis y libros en Navidades.

Durante los días de las vacaciones navideñas, me entretuve viendo y leyendo cosas un poco distintas a lo habitual. Supongo que para eso son las vacaciones. Vimos en la tele "Arde Mississippi"(Alan Parker, 1988). Los chicos del FBI (Dafoe y Hackmann) investigando unos asesinatos racistas en el profundo sur durante los años del presidente Johnson. Cuando el tío Sam se pone a hacer algo lo hace a lo grande. Es una peli que me parece mejor cada vez que la veo. Y es que el tema que trata no pasa de moda, ni en Estados Unidos, con su flamante presidente mulato, ni en Europa, ni en ningún sitio. Y cinematográficamente, me parece buenísma. Cuando aparecía Hackman, mi hermano y yo aplaudíamos felices. Frances Mc Dormand inspira mucha ternura, por contraste con los malos. Porque los malos son muy malos y muy racistas y merecen unas bofetadas del Hackman. Y con ello volvemos a la pregunta de siempre: ¿el fin justifica los medios? ¿está la tortura justificada cuando se trata de detener a