Chema, que lo admiraba mucho , se lo dijo a Félix y Félix me puso un whatsapp informándome de que hacían el preestreno de este documental de Gaizka Urresti y Paula, una de las tres hijas. Teníamos que ir y fuimos. Curiosamente, la última vez que habíamos ido al cine fue a ver otro documental , con el que el de anoche tenía ciertos puntos en común. Yo me pasé la hora y media vigilando mis emociones, observándome a mí mismo, como si fuera alguien distinto del que estaba sentado en la fila 4 de los ABCPark. Es lo que tiene ir a ver algo que te va a revolver el intestino delgado, el páncreas y el bazo, y sobretodo, el corazón. Un masaje abdominal; pero a lo bestia, una tormenta emocional, de las gordas, como las tormentas de verdad que a veces caen sobre la Sierra de Gúdar. Se oía a la gente llorar. Merche lloró también 3 o 4 veces. Aragón entero había viajado a los viejos cines de la Calle Roger de Lauria y lloraba y los que no llorábamos, nos aguantábamos las lágrimas. Las lágrimas de la...