El "que se jodan" de Andrea Fabra resumirá esta época. En medio de la catástrofe, es el lema último del poder desnudo, el eslogan de la razón de la fuerza en el gran saqueo. Los culiparlantes dinásticos de este espectáculo rancio ya no necesitan cuidar su lengua ni sus modos. Mientras quede algo en la caja para los trienios de los de las porras podrán seguir con la derrama gigantesca que pague las deudas de sus fastos, de sus incendios, de sus proyectos insensatos. Pero, ¡ay! puede que algún día no quede ni para los de las porras, como anunciaba esta mañana su correligionario Montoro. Es, en esos casos, cada 100 o 200 años, cuando la pirámide se desmorona y todo se llena de polvo y escombros. Hasta los bancos alemanes llegará la escombrera. Todas las piedras de la pirámide son interesantes. Los grandes mármoles de arriba, donde está sentada la gente como Andrea y su culo acostumbrado al escaño y sus cargos hereditarios y su vocabulario chusquero y su impunidad y sus sei...