Sigo con lo del
español de México. He leído últimamente dos excelentes novelas negras de
autores de allá.La primera fue “Asesinato
en Sinaloa Park”, de Elmer Mendoza, el otro Mendoza. Se trata de una nueva entrega de las
aventuras del detective Edgar Mendieta, “el zurdo” Mendieta, al que yo no tenía
el gusto de conocer. Es un policía viejo, borracho, medio corrupto y medio
sabio. Resuelve un crimen acontecido en el Parque Sinaloa. Obviamente, sabemos
desde el principio quién es el asesino. Pero como buena novela negra, lo
importante no es el final, sino el mundo que rodea al caso. La violencia y la
sordidez que el narcotráfico genera lo empapa todo. En la resolución de un par
de asesinatos, presenciamos una docena adicional de muertes violentas que
parecen no tener importancia. Todo ello narrado con abundantes mexicanismos. Lo
dicho, un placer.
La segunda fue “Una
novela criminal” de Jorge Volpi, otro autor al que no conocía. La novela
funciona como una buena novela negra, aunque más bien es un largo dossier
periodístico sobre el célebre caso de la banda de secuestradores de “El zodíaco”
y Florence Cassez. El autor advierte desde la primera página que no va a hacer
ficción, sino que va relatar acontecimientos reales. Israel Vallarta y su amiga
francesa Florence Cassez
fueron detenidos a finales del 2005, acusados de formar parte de una banda de
secuestradores. Al parecer, había muchos lados oscuros en la historia, en la
que se entremezclaban las mafias policiales, un sistema judicial entre
colapsado y corrupto, la necesidad de sensacionalismo de los canales de televisión
y el autoritarismo ineficaz del gobierno de Felipe Calderón. La “justicia”
mexicana respondió a las numerosas dudas con aquello tan hispánico de “mantenella
y no enmendalla”. El kafkiano proceso a
Cassez causó una grave crisis diplomática entre México y Francia. Volpi,
pacientemente, desentraña e ilumina la historia con una prosa directa y un
lenguaje cercano al español estándar.
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