En los cines de Lorca, me pude escapar de los sobrinos y entré a ver este thriller de Paco Plaza. Me gustó. Y creo que a las otras dos o tres personas de la sala, también. Definitivamente, el cine español actual es mejor haciendo historias negras y duras que comedias edulcoradas. La historia es previsible; pero me atrapó. Y las interpretaciones creo que están a la altura. Además, pasaban dos cosas que siempre me gustan de tan razonables y didácticas: la violencia siempre engendra violencia y los malos, además de malos, son estúpidos y chapuceros, como en la vida real.