Como me gustó mucho “Antigua luz” (2012), volví a leer al irlandés Banville, que pasa por ser el actual número uno de los escritores en inglés. Así que este verano, me sumergí en “El mar” (2005), que fue la novela que, al conseguir el Man Booker, lo dio a conocer al gran público. Como en “Antigua luz”, tenemos un protagonista maduro, que recuerda pasajes de su primera adolescencia. Breves fragmentos de memorias antiguas, que vienen a su mente cuando, triste y solo, vuelve a aquel lugar de la costa. Huye como todos huimos. La novela crece en torno a una tensión creciente, difusa, terrible, porque sabemos que ocurrirá algo, bien al niño de aquellas viejas vacaciones, bien al adulto maduro que se recuerda a sí mismo. Esa maestría narrativa, esa exactitud en el control del suspense es la marca de la casa del llamado universo Banville (Premio Príncipe Felipe de las letras del 2014). Mi verano, que ahora me suena tan lejano, transcurrió también junto al mar. Los niños ju...