Nuestro “Fin de Régime” está
siendo, como casi todo en esta estepa, lento y tranquilo, un poco provinciano,
un poco hortera, aunque nos las demos de postmodernos. Aquí no hay Rasputines montando a la zarina, sino
el pequeño Nicolás haciéndose selfies con la lideresa y el presidente. Pero
todo está cayendo, inexorablemente. Se cae de viejo y de podrido. Son les branques de l’arbre de Pujol. Y se
va cayendo todo el sistema del 78. Quizá, al final se acelere el proceso y la
cosa deje de ser tan tranquila.
La sociedad va descubriendo que
no solo era el bipartidismo, sino que los medios de comunicación que
sustentaban el entramado de las mamandurrias también se han quedado viejos e
inservibles. Enternecedor el “yo no soy un político” del director de La Razón, Marhuenda, ese señor tan rarito y con tantos intereses
políticos y económicos, que va a las tertulias a hacer de derechoso leído y
digno. Siguen ciegos ante lo que está ocurriendo.
Desde hace un año, ya no leo “El
País”, el diario con el nos educamos todos los de nuestra generación. No fue
ninguna noticia o editorial concreta. Llegó un momento en que los intereses de
sus propietarios se reflejaban demasiado en la pantalla. Así que, como tanta
gente, he tenido que buscar alternativas. Alternativas más o menos ajenas al
régimen del 78. Ahora miro www.infolibre.es y
www.eldiario.es (precisamente fue este
último el que destapó el escándalo de las tarjetas black de Blesa y Rato). Prefiero
cooperativas que empresas editoriales que le paguen al CEO Cebrián un millón y
medio de euros por recomendar a Felipe
VI que escuche a sus súbditos. Quizá sea ingenuo; pero me hago la ilusión de
que leo a gente que no debe nada a nadie, gente a la que no le van a llamar por
teléfono desde las plantas nobles, pidiendo silencio.
Así que el domingo, en la
estación de tren, me compré en papel el semanal de infolibre.es, “Tinta Libre”.
Venía con el atractivo título de “Alcaldes y caciques”, y artículos
interesantes de R. Lobo, de mi admirado Julio Llamazares y del valenciano M.S.
Jardí, sobre Carlos Fabra, ¿cómo no? También me ha gustado mucho el perfil que
escribe Carabaña sobre el gran periodista GünterWallraff y la
entrevista-comic a Estela de Carlotto. En ella, se comenta que las abuelas de
mayo pudieron hacer lo que hicieron por la buena formación cultural y política
de la clase media argentina; pero que eso hace más increíble los hechos que
ocurrieron durante la dictadura. ¿Qué será de la sociedad española, mediocre y tonta, en este
tiempo de incertidumbre que viene?
Comentarios
Y EL MUNDO de Navarro haciendo la faena de Levante. Motes (el de C9) que ahora se llama Luis escribiendo para poner a caldo a sus exjefes... Qué sindios!!