Ir al contenido principal

Distintas formas de mirar el agua.

A la vuelta de la última excursión por la Navarra pirenaica, cruzamos la rivera del Aragón. Había pintadas en las paredes de los pueblos, que gritaban “Yesa No”. Quizás yo era el único del bus que sabía a qué se referían. Desde hace unos años, sobre aquellos pueblos, en especial, sobre Artieda, planea la amenaza de la ampliación del pantano de Yesa. Es decir, la amenaza de ser expulsados de sus casas. Como ya ha pasado tantas veces en otras riveras, en otras montañas.

Hasta ahora, había sido mi-nuestra “Ronda de Boltaña” la que, con más sensibilidad, con más pasión, con más rasmia, había cantado sobre los pueblos inundados, sobre el forzado éxodo. Recuerdo cuando visitamos  las ruinas de Jánovas. Un paseo silencioso entre aquellas paredes dinamitadas por la guardia civil. Son un impresionante memorial a las infamias cometidas contra los montañeses, en nombre del progreso, en  nombre del llamado “déficit hidráulico”. En el último disco de “La Ronda”, el segundo track, “La dama del lago” canta sobre el tema con una belleza lírica difícil de igualar.

Esta novela breve también ha usado ese dolor como materia prima. Y ha sido el gran Llamazares. Por si todavía le faltaba algo para ascender aún más en mis altares particulares. Hace muchos años, expulsaron a Domingo y a Virginia de su casa en la aldea de Ferreras. Virginia vuelve ahora con sus descendientes para cumplir la última voluntad de Domingo y echar las cenizas de su marido en las aguas del pantano maldito. Y podemos leer los pensamientos y las emociones de cada uno de los que forman el cortejo. Recuerdan al marido, padre, abuelo. Y rodeados de peñas y frente a las aguas quietas del pantano, reflexionan sobre el dolor brutal que marcó las vidas de estas gentes. Son las “distintas formas de mirar el agua”. 

Llamazares, nacido en el también inundado Vegamián (cerca de Ferreras), consigue trasladar a cada página la nostalgia de los montañeses expulsados, la injusticia en nombre del progreso. Del progreso de algunos.


Pero la novela no solo es recomendable porque trate acerca de una de las oscuridades del desarrollismo español, sino porque cada línea está bien escrita. Está en su sitio. Precisión, cuidadas descripciones. Y el lector viajando al centro del corazón y de la memoria de cada uno de los narradores. Como ha dicho algún crítico: “Un escritor de su categoría podría redactar los anuncios por palabras de un periódico y seguiría siendo interesante”. Aunque no te darán nunca el Nóbel de literatura, gracias, otra vez, Julio.

(adenda: Después de haber publicado esta entrada, "Salvados" emitió un programa sobre Jánovas. Gracias, otra vez, Jordi.)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

Vasil (2)

Vasil (Iván Barneev), un migrante búlgaro, llega a Valencia. No tiene donde dormir. Un jubilado de buena posición social (Karra Elejalde) le acoge en su casa. Para asombro de la hija del jubilado (Alexandra Jiménez), establecen una estrecha relación. Y eso que el padre es más bien rancio. Tienen una afición en común: el ajedrez. Hay largas conversaciones vespertinas, a modo de samar , ciertas desconfianzas; pero son, ante todo y sobre todo, dos seres humanos buscando la humanidad en el otro, en los otros. Con este planteamiento tan sencillo, Avelina Prat construye una película agradable, un poco lenta; pero que deja cierta sensación de paz en el alma. Y siempre nos gusta ver imágenes de la ciudad del Turia.  El planteamiento me llegó a lo hondo. Era inevitable pensar en nuestro amigo búlgaro D, al que también dejaron caer en Valencia hace muchos años y que salió adelante a base de esfuerzo y bonhomía. La directora basó la historia en hechos reales. Me pregunto si conoce a D. Aunque...

Vasil (1)

Al parecer, la palabra " samar " tiene muchos significados en árabe. Uno de ellos se refiere a la conversación tranquila, cuando ha llegado la noche. La conversación entre amigos que se cuentan historias cuando ya hay luna y cuando las prisas del día se han ido.  Saco a las perritas sobre las ocho de la tarde. A mitad del paseo, me siento con un vecino en la terraza del chino. Bromeamos sobre lo sucia que tiene el chino la terraza, la barra, los váteres y el bar entero. No hace tapas, cobra caro; pero al menos tiene la cerveza muy fría. La disfrutamos durante nuestro samar vespertino. El vecino opina que el chino no podrá mantener abierto el negocio mucho tiempo, mientras solo sea un chupadero. El vecino conoce bien el Puerto, lo ha visto cambiar a lo largo de su vida. A mí me da pena porque las tres hijas del chino son guapas y espabiladas. Y porque solamente a mí me pone cacao u olivas con la cerveza. Soy el único que da las gracias en mandarín. A menudo, más contertulios s...