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Reseñas de marzo y abril



Antes de que se me muera el blog de inanición, como se me morían las plantas en el despacho, voy a alimentarlo con varias reseñas urgentes de lo que hemos ido leyendo o viendo en este invierno seco y pesado.

Mª Ángeles me hizo un gran regalo de navidad. Un libro, obviamente. Pero era un best seller y en inglés: “The girl on the train” (2015). Desconfié un poco al principio; pero me fue atrapando y antes de marzo ya me lo había acabado. Disfruté cada página de esa historia tormentosa y creíble, tremendamente femenina. No me extraña que la Paula Hawkins haya vendido millones. Léanla en la lengua que sea.

Fuimos al cine a ver “Tribunal” (“Court”- 2014-). Se trata de una peli hindú que usa un tribunal de provincias como escenario para mostrarnos esa sociedad cambiante y extraña. Abogados bebedores, fiscales con problemas domésticos y jueces alopécicos. Y la variedad de lenguas y de colores de ese país donde empezó todo, donde todo nació. La peli ha obtenido varios premios de relumbrón y deja una extraña sensación de perfección y de sabiduría escénica. 

En Murcia, vimos en la tele (de pago) dos comedias muy distintas. La primera “Rey Gitano” (2015), donde Bajo Ulloa lo apostó todo al talento de Karra Elejalde y Manuel Manquiña. Salvo el gran vasco y el gran gallego, todo lo demás era una mierda. La segunda “No molestar” (“Une heure de tranquillité”) (2014), con Christina Clavier de protagonista. Me pareció divertida, aunque un poco previsible. Supongo que el parisino maduro en buena situación que no quiere que nadie le moleste para oír su última adquisición discográfica, nos representa bien a todos los europeos de esta Europa egoísta, egocéntrica, autista e imbécil a la que se le acumulan los problemas.


Fuimos al Olympia a ver danza. El espectáculo “Tutu” es una curiosa parodia sobre la danza y su historia y sus arquetipos. Un elenco de seis chicos de cuerpos estupendos, con una técnica abrumadora, desarrollan una coreografía en la que todo es posible a cada momento. No me importó ir; pero prefiero el fútbol. Sobre todo si juega el aleti.

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