Ir al contenido principal

Guerra civil

Estaba charlando con mi tía. Vino su amigo Clemente Alonso, historiador. Quería saludarla y quería información. Es lo que tienen los historiadores jubilados. Eso me permitió saber algo más de las trágicas vivencias de mis abuelos maternos en aquel terrible verano del 36. Me bajé a la playa, pensando en aquella guerra, en esos días de sangre y de venganzas. El cuerpo me pedía leer algo al respecto. En el centro comercial de Águilas, aséptico, fresco, oscuro, compré “Perros que duermen” y “Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie”.

La primera es una novela de Juan Madrid, el que pasa por ser uno de los buenos autores de novela negra española. No he leído demasiado de él poque no he leído demasiada novela negra. Lo lamento. 

La historia transcurre en el Burgos del 38 y en los campos de concentración y de castigo de los 40. Hay un crimen, rodeado de crímenes, y un policía fascista, rodeado de fascistas, que investiga el asesinato de una niña marroquí y de su madama. Es un crimen animal, perruno, en una España mordida por perros hambrientos y rencorosos. Perros que duermen; pero que todavía tienen hambre. Que volverán a despertar...


La segunda es un resumen histórico del prolífico Eslava Galán.  Aunque tiene cierto mérito, en mi caso, se cumplió el título: no me gustó.  Hay cierta equidistancia al juzgar los crímenes de ambos bandos cuando está comprobado que fueron cuantitativamente y cualitativamente diferentes. El análisis de los cambios políticos en la zona republicana es bastante pueril y tuvo más importancia histórica que lo que sugiere el texto. Echo de menos más profundidad en la descripción de la estrategias militares y de una medida más exacta de la participación extranjera en la guerra, tan decisiva. Hay que reconocerle, por otro lado, que es certero cuando identifica cómo Franco, con astucia canina, convirtió sus propios fracasos en aciertos y cómo la Iglesia católica lideró el exterminio, el castigo ritual. Supongo que tampoco se puede pedir mucho más a una obra breve.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

Vasil (2)

Vasil (Iván Barneev), un migrante búlgaro, llega a Valencia. No tiene donde dormir. Un jubilado de buena posición social (Karra Elejalde) le acoge en su casa. Para asombro de la hija del jubilado (Alexandra Jiménez), establecen una estrecha relación. Y eso que el padre es más bien rancio. Tienen una afición en común: el ajedrez. Hay largas conversaciones vespertinas, a modo de samar , ciertas desconfianzas; pero son, ante todo y sobre todo, dos seres humanos buscando la humanidad en el otro, en los otros. Con este planteamiento tan sencillo, Avelina Prat construye una película agradable, un poco lenta; pero que deja cierta sensación de paz en el alma. Y siempre nos gusta ver imágenes de la ciudad del Turia.  El planteamiento me llegó a lo hondo. Era inevitable pensar en nuestro amigo búlgaro D, al que también dejaron caer en Valencia hace muchos años y que salió adelante a base de esfuerzo y bonhomía. La directora basó la historia en hechos reales. Me pregunto si conoce a D. Aunque...

El secreto de Santa Vittoria.

Golpe de estado en los USA, yo no encuentro el boli, Hitler sigue matando niños en el gueto de Gaza, estas peras de San Juan no tienen ningún sabor, a Macron le pega su mujer, las materias primas se van acabando y la única receta es aumentar el presupuesto militar para la gran rapiña final. Solo nos queda la ilusión de que, el año que viene, la candidata a la presidencia del gobierno sea la madrileña, a ver si se dan el gran batacazo, nos reímos mucho y ellos aprenden de una vez qué es España (y Portugal). Cuando uno envejece en tiempos tan oscuros, se aferra como un aterido náufrago a sus viejos cánones, a sus libros y pelis preferidas. Nos encerramos en nosotros mismos, en nuestras listas y en nuestros hábitos. " En tiempos de tribulación, no hacer mudanza " recomendaba el santo soldado de Loiola. Y muy arriba entre las películas de mi vida está "El secreto de Santa Vittoria" (1969). Ya se sabe que hay que ubicar en esas listas alguna cosa inesperada, que llame la...