En la entrada anterior, saqué a colación el viejo tema de si las personas particulares son decisivas en el devenir de la historia o si son las tendencias y las condiciones las que hacen inevitables los grandes acontecimientos. ¿Roma se hubiera transformado igualmente en una autocracia si no hubiera nacido Cayo Julio César en el 100 a.e.c? No sé qué contestarme. En el ajedrez, son los peones anónimos los que dictan la estructura ("la historia") de la posición; pero sin las hazañas de las grandes piezas (los sacrificios de caballo, las maniobras de la dama) no se remataría la partida. En las plataformas de TV, he visto últimamente dos pelis que hacen hincapié en la importancia de las personas particulares en el resultado final de los procesos históricos. La primera es una peli británica reciente (2019). Trata de la campaña del brexit y se centra en la figura de Dominic Cummings (interpretado por un grandioso Cumberbatch). Se considera a Cummings el cerebro detrás de la exitosa...