Hace dos noches, soñé que estaba a bordo de una pequeña barca en un agua poco profunda. Había juncos y barros. Supongo que del fondo de la memoria brotaban imágenes de la Albufera de Valencia (la Valencia de Europa). Yo manejaba la barca y tenía que llevar gente a algunos sitios. O recoger algo así como semillas o pequeñas piedras, quizá obsidiana, en algunos puntos exactos. Había una sensación de miedo, como de amenaza, de tal modo que algunos de los lugares a los que tenía que ir con la barca eran peligrosos y eso exigía especial cautela y precaución. En mi mente había un mapa de zonas oscuras, que debían ser evitadas. Pero yo me sentía seguro, fuerte, determinado a ir dónde hiciera falta, sin miedo al miedo. Había visto en dos largas sentadas la serie mexicana de Prime Video (2019) sobre la conquista castellana de Tenochtitlán y supongo que mi subconsciente o como quiera que se llame ese rincón del cerebro, estaba todavía en el lago de Texcoco, merodeando, evitando a los mexicas y d...