Tradicionalmente, los circos han buscado la ciudad de Valencia durante lo crudo del invierno, huyendo del frío del interior. Así que uno de los muchos privilegios de vivir en esta ciudad al lado del Mediterráneo es que siempre hay una oferta abundante de espectáculos circenses en navidad y año nuevo. Es difícil entender lo que significaba el circo para los espectadores de otras épocas. Para nosotros, educados en el espectáculo televisivo, todopoderoso y avasallador, toda heroicidad en el alambre es poca, todo malabarismo es pobre, todos los payasos son pueriles. Supongo que sólo los más pequeños son capaces de captar por un instante la magia heróica y sublime del directo, la imperfección maravillosa del que fuera el mayor espectáculo del mundo, porque no comparan, porque no clasifican, porque viven plenamente ese instante. El Fele , nuestro circo preferido, es uno de los que ofrecen sesiones durante estos días. El domingo asistimos a la última de la temporada. El Fele es un circo peque...