Era al principio de una
primavera triste. Estábamos acabando de comer, en un restaurante de Benicàssim.
El mar se veía a través de la ventana. En la mesa de al lado, se sentó un
grupo. Todo el mundo se les quedó mirando. Uno de los recién llegados se sentó casi
con su espalda contra mi espalda. Había poco sitio y las sillas se rozaban. No nos
habíamos dado cuenta de quiénes eran. Andábamos desatando nuestras propias
tristezas, junto al Mediterráneo.
Al oír la voz del nuevo comensal,
justo detrás de mí, la reconocimos inmediatamente. Era Serrat. Una comida de
amiguetes. Paella o fideuà, supongo. Nos pareció identificar también a David
Trueba y a Manuel Vicent. Quizá nos equivocamos. Nosotros habíamos comido bien;
pero el domingo era raro, allí en Benicàssim, en mi memoria. Parece que fue
hace mucho tiempo.
Cuento esto porque sigo con lo
del cine español. Y acudimos a ver la última de David Trueba la semana pasada. Nos
gustó. La peli toma el nombre del verso “Living
is easy with eyes closed” de la canción de los Beatles “Strawberry fields forever” (1967).
Es una comedia dramática bien
construida, fácil de ver, muy literaria. Javier Cámara interpreta a un profesor
de inglés que viaja hacia Almería a encontrarse con Lennon, que estaba rodando “How I won the war”. Cámara es el mejor
actor español del momento y lo hace muy bien, como siempre.
El profe recoge a dos
autoestopistas, que huyen a ese sur hacia el que siempre se huye. Y el viaje y
las peripecias para ver a Lennon dan para una historia tierna, tranquila,
bonita, mediterránea. Trueba usa esta especie de “road movie” para reflejar con estilo, sin
estridencias, esa España gris del final de los 60, esa España de hijos robados, con
pocas escuelas públicas, con un endeble sistema de salud.
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