Seguimos con historias de detectives.
Pero esta vez, traducidas. No había leído nada de Márkaris, de hecho, creo que
nunca había leído literatura griega contemporánea, y la cosa ha valido la pena.
Al parecer, Márkaris se ha puesto muy de moda por su llamada “trilogía de la
crisis”, de la que “Con el agua al cuello” sería la primera entrega.
El comisario Kostas Jaritos resuelve
crímenes en una Atenas paralizada por las manifestaciones, mosqueado por el
cambio que le han impuesto en sus condiciones de jubilación y preocupado porque
su hija no encuentra trabajo. Lo interesante es que los asesinados son financieros
y banqueros. Es decir, gentuza a la que
cualquiera desearía asesinar (incluyendo el propio Kostas). Para acabar de embellecer el tema, las muertes
se han producido por decapitación. Supongo que la literatura es como los
sueños. Puedes soñar cualquier cosa, no hay reglas, no hay moral. Puedes
quedarte a gusto. Igual que si sueñas con la decapitada cabeza de Blesa en un
contenedor incendiado en Burgos.
Kostas, formalito y cumplidor, se
mueve de un sitio a otro para investigar la vida de las víctimas. Informa a
menudo a sus superiores, siempre preocupados por lo que pensaran los europeos y
empieza a comprender mejor la naturaleza de la gran estafa que supuso el crack
del 2008. La novela reflexiona así sobre la catástrofe financiera del sur de la
zona euro, sobre las deudas odiosas y sobre ese gran invento de los beneficios
privados y las pérdidas públicas.
Todo predecible y fácil de leer,
aunque un poquito irreal. Me temo que la parte detectivesca de la historia y la
resolución de los asesinatos decepciona un poco. Aún así, intentaré hacerme con
“Liquidación final” (2011) y “Pan, educación, libertad” (2013) a ver si se
cargan también a algún banquero español.
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