Hay que devolver la deuda en la
que incurrimos (incurrieron) nuestros bancos y nuestra sociedad para construir
la gran burbuja. Y para ello, están remodelando brutalmente nuestro mundo. Nada
volverá a ser igual. La burbuja explotó en el 2008 y al explotar, nos ha remojado
a casi todos, nos ha dejado más pobres; pero también nos ha hecho ver que el
rey, además de corrupto, estaba desnudo.
Hay muchas maneras diferentes de
ver a ese rey; pero se podrían resumir en dos afirmaciones distintas: “Hemos
vivido por encima de nuestras posibilidades” o “Han vivido por encima de
nuestras posibilidades”
Antonio Muñoz Molina se sitúa
bajo la primera afirmación y presenta un ensayo que muchos han calificado como “imprescindible”.
Yo lo llamaría más bien “necesario”. Hace una especie de viaje al pasado, o
mejor dicho, a los sentimientos del pasado. Un viaje en primera persona; pero
también un viaje colectivo, hacia aquella España de los 2000 en la que todo
parecía brillante, sólido. Y ajusta cuentas consigo mismo; pero también nos
reprocha a todos lo ciegos que estuvimos, cuando pensábamos que éramos más
ricos simplemente porque nos daban más crédito, cuando perdimos aquella
dignidad pobre y honrada que los españoles siempre tuvieron, cuando nos
volvimos imbéciles. Se ceba con los virreinatos de la España descentralizada
(tronchante, e hiriente, el relato sobre las visitas de algún presidente valenciano
a Nueva York) y exige, desde cierto sentido común convencional, menos cainismo,
menos caciques, menos salvapatrias, menos tertulianos, menos ruido. Advierte
del riesgo de que todo se siga desmoronando. Y usa para esta confesión
individual y colectiva su mejor estilo: esa prosa fácil y exacta, que recuerdo
tanto de la obra menor “Ardor guerrero”, como de su gran “Sepharad”.
Repito, un libro necesario.
Aunque se discrepe de una parte o de todo el análisis. Supongo que era el
momento de hablar de las emociones y los sentimientos de ese pasado que ahora
parece tan lejano. El que quiera hablar de economía, de deuda odiosa y de la
actual remodelación neoliberal del sur de Europa, que vea “Deudocracia”.
Comentarios