El viernes fui a los Lys, uno de los pocos cines que van quedando en el centro de la ciudad, a ver el estreno de "Todos estamos invitados" de Gutierrez Aragón. No me gustó.
La peli trata el terrorismo de ETA y la opresión que ejerce sobre la sociedad vasca, a través de dos personajes: un profesor amenazado (José Coronado) y un terrorista amnésico (Óscar Jaenada). Me dio la impresión de que las historias no engarzan bien, el argumento queda deslabazado y previsible y los arquetipos que quiere presentar no funcionan. Creo que se podrían haber quedado sólo con la historia del profesor y el vacío cobarde que le hacen en su cuadrilla donostiarra de comedores de kokotxas y todo hubiera resultado más sólido. Se podían haber ahorrado unas escenas de kale borroka poco creíbles, por ejemplo. Supongo que también me molestó que hicieran uso de trucos argumentales como amnesias y cosas así, eso se debería dejar para las telenovelas. Tampoco me creo a los actores: Coronado no tiene pinta de antropólogo (y eso que ha engordado). Y su pareja, Vanessa Incontrada está demasiado maciza para transmitirle al espectador la angustia que se supone está viviendo. A Jaenada se le queda pequeño el papel de terrorista con golpe en la cabeza. Lástima, me gustó mucho en "Noviembre". Aunque se han hecho bastantes películas basadas en el tema, pocas me han parecido creíbles y entretenidas. De las que he visto, sólo salvaría "La voz de su amo", ambientada en los llamados "años de hierro".
A raiz de "Todos están invitados", he repasado uno de los viejos libros que andaban por la estantería. "El olor del miedo", de Matías Antolín. (Temas de Hoy, 2003) El periodista hace un repaso entretenido y bien documentado de distintas fases de la historia de la ETA. Analiza a alguno de los distintos dirigentes que ha tenido la cruel organización terrorista durante esos años: Múgica Garmendia, Arróspide Sarasola, Alvárez Santacristina. Cuenta el poco conocido episodio del entrenamiento en Argel de varios comandos y la historia de los secuestros de Ortega Lara y Jorge Delclaux. Se nota que el autor ha tenido largas conversaciones con el arrepentido Soares Gamboa porque adorna las historias (terribles, en sí mismas) con abundantes anécdotas y detalles personales.
Comentarios
"Lobo" no me gustó nada. Había leído la historia de Mikel Lejarza en algún libro y la peli no me cuadraba. Además, Noriega lo tiene imposible para ponerse en el papel de joven cashero euskaldun.
Respecto a lo de los antropólogos: mi problema es que veía a Coronado y no podía dejar de imaginarme a Juaristi y claro, me hacía un lío. No me imaginaba al Coronado escribiendo "El bosque originario".
Respecto a lo de la maciza: no sé si te has fijado en la Vanessa y en sus carnes; pero es que me distraía cada vez que ocupaba la pantalla.
En la agria polémica creada sobre: A.- El aspecto de los antropólogos y B.-Sí sufren o no las macizas, voy a dar un paso al frente y me voy a mojar:
1.-Los antropólogos que se precien deben llevar siempre gafas.
2.-Las macizas también sufren pero nadie se fija en eso.
1- Las macizas sufren, pero mucho menos que los demás.
2- Para la figura del intelectual-aventurero (como Indiana Jones pero en menos aventurero) en el cine español siempre ponen a Carmelo Gómez y definitivamente cuela más que Coronado.
3- A mí tampoco me gustó nada Noriega, pero en Lobo los malos son los policías franquistas y el núcleo duro de ETA, casi equidistantes en maldad, y eso me pareció valiente. Incluso diría que el más malo de todos es precisamente Coronado, que hace de comisario fascista y "lampedusesco": la transición, según él, sirvió para cambiarlo todo sin que en realidad nada cambiara, una visión políticamente poco correcta, no?
El prototipo de comisario fascista y "lampedusesco" es el de "Siete días de enero", la peli de Bardem sobre el asesinato de los abogados de Atocha. Cuando le explica a Fernández Cerdá, uno de los asesinos, que "se han pasado", "que los tiempos están cambiando", el otro asume que ha hecho de cabeza de turco.