Buena entrada para el día del libro. Un super ventas. Lo compré la semana pasada, en la Librería Primado. Y no pude dejarlo. Y es que las novelas humorísticas de Eduardo Mendoza siempre me han gustado. No sé si con la parte "seria" de su obra entrará en el canon de los grandes prosistas contemporáneos; pero a los protagonistas de sus parodias: Ceferino, Gurb, Horacio Dos, tengo que agradecerles muchas sonrisas en esta vida. Y a este grupo de personajes extravagantes y cándidos, profundamente tiernos, se incorpora ahora el patricio romano Pomponio Flato.
Mendoza sigue jugando con los múltiples mundos que el uso del lenguaje crea. Y construye una divertidísima comedia en un escenario parecido a "La vida de Brian". Pomponio Flato resolverá un misterioso caso en Palestina: uno de los confines más tristes y pobres del Imperio. El carpintero de Nazaret ha sido acusado de asesinato y Flato tendrá que resolver el asunto y descubrir al verdadero culpable, ayudado por el hijo del carpintero, un niño inteligente y bueno. Del mismo modo que parodió las novelas de detectives en la saga de "El misterio de la cripta embrujada" o las de ciencia ficción en "Sin noticias de Gurb", "El asombroso viaje..." se ríe de la novela histórica de detectives o de los libros de viaje clásicos, con guiños a "La guerra de las Galias" o Heródoto. Tengo la sensación de que en esta última obra, Mendoza ha depurado su técnica y salvo algunas concesiones facilonas (la crónica diarrea de Pomponio), por todo el relato flota un sentido del humor inteligente y ágil. Pomponio es tan racional, pusilánime y convencido de su superioridad cultural como podríamos serlo cualquiera de nosotros y se enfrenta a un mundo donde hay fanáticos religiosos y políticos, relaciones coloniales y recalificaciones de terrenos, como el nuestro.
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