Transcribo una reseña que me envía mi primo, desde el pueblo:
'Estos días me he leído dos novelas de Francisco Umbral: "Y Tierno
Galván ascendió a los cielos" y "El fulgor de África". Son dos novelas
que siento haber leído ya (sic).
La primera es el típico dietario de Umbral. En este nos cuenta como
vivió él, y España, no iba a ser menos, los primeros años de la
transición hasta la muerte de Tierno Galván, que por supuesto era muy
amigo suyo y se corrían muchos saraos juntos. Como siempre, el
autodenominado mejor prosista en español de siglo XX, recurre, de
nuevo, a sus temas favoritos: sus multiples relaciones sentimentales,
(este hombre era un no parar), políticas (¿a quién no han llamado
todos los presidentes del gobierno a cenar en la Moncloa?) y sociales
en general. Nada nuevo. Solo para incondicionales de Umbral.
La segunda me ha gustado más. Es la novela típica de Umbral en la que aborda su niñez en Valladolid, como era la sociedad de la época y las circunstancias políticas, pero a diferencia de otras, en vez de centrar el argumento en su alter ego, generalmente llamado Francesillo, aquí Jonas el Bastardo, y en sus andanzas de joven poeta, intelectual y fornicador nato (este hombre no cambia), en esta novela hay dos partes diferenciadas, si bien la segunda repasa sus tópicos de siempre, en la primera parte se deja a sí mismo en un segundo plano y cuenta la historia de su familia, siempre muy parecida en todas sus
novelas, Hidalguía, matriarcado y decadencia, de una manera que me ha gustado mucho, me recordaba, con perdón, en muchos pasajes, a "Cien años de soledad", una de las mejores obras en español del siglo XX, y de mis novelas favoritas. Me ha gustado, recomendable para cualquiera.´
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