Hasta ahora, Patricia Highsmith había sido para mí, como para muchos otros, la creadora de Ripley. Ripley el malvado, el brutal, el sofisticado, el despreciable, el gran Ripley. El otro día descubrí en las estanterías de mi biblioteca un librillo, casi un opúsculo, de los que regalan con la prensa. "Novelas de Verano" se llamaba la colección y no viene con qué periódico me lo dieron. Contenía cuatro breves relatos de Highsmith, encabezados por el que le da título. Además de "La coartada perfecta", traía "No puedes confiar en nadie", "Variaciones sobre un juego", "La seguridad en el número" y "Maquinaciones". Ideal para coger el sueño en las noches largas y solitarias de este abril ventoso. Descubro ahora que se puede encontrar alguna de estas piezas on line. Pienso que quizá se trató de esbozos de guiones para TV o cine.
La emoción no consiste en encontrar al asesino puesto que lo conocemos desde el principio de cada relato, sino en adivinar dónde fallará, en encontrar el error en el tortuoso mecanismo de su mente por el que será justamente castigado. Aunque no es la Toscana de Ripley, Highsmith consigue en estos relatos sobre crímenes premeditados y alevosos cierto equilibrio estético, cierto ritmo fácil y agradable.
Quizá sea porque los protagonistas son siempre aburridos tenderos o ambiciosos artistas con la vida resuelta, es decir, gente sin más problemas que los que les traen los celos o la avaricia. O sea, gente normal.
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saludos!!