Ir al contenido principal

La carrasca hendida.

El 29 de junio de 1707, con los primeros decretos de Nueva Planta, los reinos de Aragón y de Valencia dejaban, legalmente, de existir. Aunque la derrota definitiva del reino de Aragón se produciría tres años después. Tras las victorias borbónicas en La Alcarria,  Zaragoza se rindió sin lucha a los felipistas el 4 de enero de 1711. Tras la derrota catalana, el decreto de Nueva Planta para el Principado, el 16 de enero de 1716, promulgaba la desaparición legal y definitiva de la Corona de Aragón, tras más de 500 años de historia. “Por justo derecho de conquista” aclaraban los decretos.

La historiografía española olvidó hace mucho tiempo todo aquello. Hay que olvidar los pecados originales, supongo. El nacionalismo catalán, en cambio, necesita rememorarlo para llorar lo perdido, para justificarse. Aragoneses y valencianos quedaron, como siempre, a medio camino. No todos los aragoneses fueron austracistas; pero la mayoría lo fueron, por odio a los franceses, por los vaivenes de la guerra, por oportunismo y porque identificaban al archiduque con la vieja legalidad de su país. Tras la derrota, una parte de la élite se tuvo que exiliar, como estudió el gran Ernest Lluch (al que reseñamos aquí). Supongo que las gentes comunes, una vez llorados los muertos y las destrucciones de la guerra, se adaptaron como pudieron a la nueva situación. Incluso es posible que la apertura de fronteras y la supresión de aduanas les mejorara el puchero.

Leí la semana pasada esta novela del historiador Miguel Martínez Tomey. Sin dejar mucho espacio a la ficción, describe distintos episodios de la guerra. El punto de vista principal es el del coronel Jorge Pertús, austracista, que va y viene a través del territorio aragonés, de Daroca en 1701 a La Pobla de Segur, en 1712. Aquella fue una guerra civil con constantes cambios de tendencia, donde solo la situación internacional acabó volcando la disputa sucesoria en contra de la Corona de Aragón. Mala suerte. Los vasco-navarros fueron más listos al elegir. 

El aragonesismo moderno ha ido renunciando al lamento histórico. Los valencianos tienen su “Quan el mal ve d’Almansa…”; pero los aragoneses no tienen su Almansa. Así que ha ido buscando nuevos caminos en el oscuro laberinto de las identidades. “Olvidad lo que ya fuimos y pensad lo que aún seremos” canta La Ronda de Boltaña. Actuó el 13 de mayo en Teruel. No nos la perdimos. No nos la podíamos perder.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asesinato en el campo de golf.

La realidad siempre supera a la ficción. Ni el mejor Azcona podría haber imaginado la boda cortesana del otro día ni el más inspirado Berlanga, rodarla. Fue una inundación de imágenes ridículas, un tsunami de mal gusto, una representación prodigiosa y completa de todo lo vano y risible de nuestra sociedad. Dicen que el humor siempre ha de apuntar hacia adentro y hacia arriba y apuntar bien la pistola es difícil; pero las imágenes que, como huesos, tuvo a bien echarnos la tele de Ayuso eran una diana gigantesca, grande como un océano de paradojas. Dispararas donde dispararas, acertabas. NO piensen que les deseo unos tiros o unas bombas a los convidados. Sobre eso, volveré más adelante. Al revés, hay que agradecerles a todos que acudieran disfrazados a la iglesia de San Francisco de Borja para alegrarnos la vida y recordarnos, con humor y gracia congénita, cuán estúpido es nuestro reino y cuán absurda es la existencia humana. Dios, gracias por el fuego y por el humor. Semejante orgía de

El niño que miraba al mar (Luis Eduardo Aute)

Tomás, compañero y sin embargo, amigo, me manda esta fervorosa reseña del concierto que compartimos la semana pasada: ¡Aute sigue en plena forma! Será porque nos mentalizamos para un homenaje al maestro, al que suponíamos agostado, será por envidia; pero es lo primero que me sorprendió de un concierto vibrante de música, letra y ritmo. Fue en La Rambleta, en Valencia el 28 de noviembre. Aute ya tiene 71 años, nunca ha exigido mucho a su voz y las mesas de mezclas hacen maravillas, pero todo eso no desmerece que sonó limpio e intenso. Uno no puede menos que preguntarse cuál será el secreto de su vigor, y cómo aplicárselo. Cantó las canciones de su último disco “El niño que miraba el mar” y algunas de sus discos anteriores, ya 46 años componiendo. Al final del concierto se centró en las históricas las de los 70 y 80 después de haber amagado tres veces con terminar e irse. Total 3 horas sin descanso. Se hicieron cortas. Le acompañaron tres músicos muy buenos, incluido s

Informe mongolia: "Papel Mojado"

Ya reseñamos aquí la revista Mongolia. Se trata de una publicación mensual en formato grande, de edición cuidada, con parodia y un humor político que juega constantemente con lo absurdo. Se podría pensar que no tiene mucho mérito,  ya que si algo caracteriza a este Fin de régime es la ruptura de todas las reglas, incluyendo las de la lógica. Mongolia trae todos los meses una sección titulada Reality news, con el aleccionador aviso: "Si se ríe a partir de aquí, es cosa suya". Este libro de la editorial Debate recopila y reelabora varias entregas que han salido en esa sección acerca de la crisis de la prensa tradicional española. Concretamente de cuatro medios: "El País", "El Mundo", "La Vanguardia" y "Público" (QEPD). Y los tipos saben de lo que hablan, ya que varios miembros de la redacción de Mongolia proceden de este último periódico. O sea, que hay algo de resentimiento flotando en el ambiente (y supongo que sueldos sin cobrar). L