Todo indica a que vamos velozmente a una sociedad dual, sin clase media. Abajo, millones de desempleados y de trabajadores pobres. Arriba, un 1% que posee cada vez más, a los que cada crisis enriquece más. Es normal que veamos a ese 1% como algo lejano, como un ente estadístico, como un número frío y aséptico. Pero ese 1% son familias, como las nuestras, personas como nosotros, que se despiertan con hambre o con resaca, con odios y con adicciones, con sus penas y risas humanas, tremendamente humanas. Hay algún día feliz que disfrutan de la comida y alguna noche triste que no se les levanta. La única diferencia es que viajarán mucho más en avión que vosotros, pasarán frío pocas veces y en general, esnifarán cocaína de mejor calidad que la gente de mi barrio. Han ganado la class warfare gracias a sus abogados infinitos, a los think tanks a y la estupidez de las clases medias locales. Saben lo qué es la curva de Laffer y se cagan de la risa con ella. Tipos igual de idiotas o de espabila...