Seré un facilón; pero pienso que la interpretación de Joaquín Phoenix es de lo mejor que se ha hecho en los últimos años. Con ella, Phoenix se convertía en un digno sucesor del Robert de Niro de
"Taxi Driver". El mismo de Niro interpreta a un
presentador estrella de la tele, vacío y pagado de sí mismo; pero que le
da la visibilidad televisiva al Joker. Todo se decide en los medios, sean estos cuales sean: el ágora, telecinco o facebook. Los
viejos intelectuales piensan que no hay nada más poderoso que una idea a
la que haya llegado su momento. Están equivocados, les hipnotizan las ideas, las suyas: lo importante es el escenario, el teatro. Eso ya lo sabían los griegos, que regulaban bien los turnos de palabra en la reunión de los hombres libres, para intentar evitar el éxito de los demagogos. También lo sabían los fascistas de los años 30.
El Joker es quizás el gran supervillano de todos los cómics. Y eso que yo era más de Marvel que de DC. El Joker da miedo porque el humor da miedo. No hay nada más subversivo, ni poderoso, ni terrorífico. El payaso puede mentir y difundir bulos y siempre arreglará todo con una mueca final en forma de sonrisa.
Afortunadamente, antes estaba el hombre murciélago para defender la justicia (es decir, la paz social). Seguía habiendo un rincón oscuro donde se escondía el odio, lo irracional, lo malvado; pero podíamos dormir tranquilos, estaba Batman y teníamos ahorros. El riquísimo señor Wayne era alguien bueno. Los psicópatas estaban fuera del escenario político. Quizá detrás del escenario; pero fuera de nuestra vista. Las clases medias de occidente votaban a señores respetables que hablaban con seriedad y les aseguraban que el futuro sería mejor, que sus hijos podrían ir a la universidad y que cobrarían sus pensiones.
Pero el mundo fue cambiando. El barrio se llenó de moros (o de latinos). Esos señores respetables que salían en la tele echando discursos se exiliaron a los Emiratos Árabes o se llevaron las fábricas a México o a la India y los salarios daban cada vez para menos. Y empezaron a subir Jokers y otros psicópatas al escenario político para contarnos que el señor Wayne violaba a las criadas y que Biden es un pederasta. Los psicópatas ya están en l'Assemblée Nationale y en el Parlamento Español. Y también en whatsapp, recordándonos las injustas ayudas a los inmigrantes o sobre que hay demasiados políticos y por eso pagamos muchos impuestos. Cuentan chistes sobre las feminazis y hacen muecas y muchos les ríen las gracias.
En Gotham City, el payaso que se subió al escenario fue un millonario que salía en la tele y al que le apetecía ser presidente. Se dio cuenta de que no era necesario saber nada, ni decir ninguna verdad, ni siquiera ser agradable, sino simplemente hacer creer a la gente corriente, como usted y como yo que podremos satisfacer nuestros más bajos instintos. Sean cuáles sean. Antes se llamaba fascismo. Ahora no tiene nombre, porque el Joker no aspira a crear nada perdurable, solo a reírse.
Puestos a ser peliculeros, quizá la turba estaba teledirigida desde otro lado, para acabar de desacreditar al payaso y evitar que haga alguna otra locura como declararle la guerra a Irán. Para matarle políticamente. Y quizá han matado al Joker; pero su ejército de soldados rencorosos y justicieros ha venido para quedarse en Gotham City y en Europa. En realidad, el que ha muerto es Batman.
Comentarios
Ya, la operación de "falsa bandera" que dice el pedante coronel Baños... lo malo es que es como dos espejos enfrentados, no tiene fin: puede haber falsa-falsa bandera, y así sucesivamente.
Y si estaba teledirigida para que pareciera que ¨...estaba teledirigida desde otro lado, para acabar de desacreditar al payaso¨?
Ya no sabemos nada. Y Batman no ha muerto:seguramente está en Abu Dabi con el emérito y ahora trabaja para él... o siempre.
Mientras uno de los jokers oficiales (un tal Iker) ya tiene programa en prime time (21:30) los domingos en cuatro, y otro en T5, igual de largo. "Izquierda, derecha, me da igual" es una de sus frases favoritas.