Ir al contenido principal

Cross of Iron.

Podríamos organizar un bonito club con los aficionados al Canal Historia, los que compran cosas en los rastros, los germanófilos y los germanófobos, los que consumen Pervitin, los rojipardos, los verdepardos, los que coleccionan maquetas militares, los que admiran a Putin y a todos los que les gustaría ser rubios y altos. El club no duraría mucho, por las graves disensiones políticas. Pero durante su corta vida, sería un sitio divertido. Todos los miembros del club sabrían qué es la Cruz de Hierro (Eisernes Kreuz, en alemán).

Como tantas otras cosas en la Alemania de la primera mitad del siglo XX, esta condecoración pasó de la costumbre y las normas prusianas al Reich unificado. Recibirla proporcionaba un enorme prestigio militar y social. Aún hoy día, después del largo y doloroso proceso de desnazificación, el Bundeswehr usa una evolución de la cruz como símbolo.

La semana pasada me encontré esta peli británica de Peckinpah (1977) en la tele. La recordaba vagamente de la adolescencia, sobre todo, las escenas de las soldados rusas desnudicas a merced de los soldados alemanes. Casi todo lo que hemos visto sobre la Segunda Guerra Mundial han sido películas estadounidenses, que muestran a valientes yanquis abatiendo alemanes casi sin apuntar y ganando la guerra en Europa ellos solitos, sin rusos, serbios, chinos, senegaleses o rojos españoles. Así que siempre nos ha llamado la atención el cambio en el punto de vista. En ese sentido, en la cultura popular española tuvieron mucho impacto las novelas del discutido y oscuro danés Sven Hassel. Yo recuerdo alguna de ellas en casa de los abuelos. 

El argumento de esta larga peli de acción gira alrededor de la deseada Cruz de Hierro. El protagonista (el sargento Steiner), la tiene y su contrapunto, el estirado capitán Stransky, la desea. Para poner las cosas fáciles, todo el mundo admira y respeta a Steiner y odia a Stransky, lo de las jerarquías formales e informales que les cuentan a los estudiantes de management a 100 euros la hora de lección. Hay muchas idas y venidas, mucha violencia y mucha sangre y pocos supervivientes y la peli, vista hoy en día, deja cierta sensación de cartón piedra. No les gustó a muchos críticos en su momento y solo se la recomiendo a los miembros del club del primer párrafo.

Tanto en la peli como en aquellas viejas de Hassel, pequeñas encuadernaciones en rústica, letra diminuta, se recalca que los protagonistas, los soldados de a pie, generalmente, estaban en contra del antisemistismo, del nazismo y de los crímenes cometidos en el frente oriental. Supongo que si mataron a millones de eslavos es porque dio la casualidad que se les pusieron delante. La Alemania actual sigue enfrentándose a sus fantasmas. Si se pudiera imaginar por un momento que el nazismo y el imperialismo racial fueron algo extraño a la cultura alemana, algo ajeno que se aprovechó de los avances de aquella sana nación para desatar su odio sobre el mundo...Pero es que quizá no fue así. Por ello, tienen tanto miedo de ir prestando sus fantásticos tanques Leopard. En cambio, nuestras autoridades, tan sabias, no han dudado ni un momento en ofrecerlos. Se conoce que aspiran a alguna condecoración.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (1).

El otro día, la pequeña Bimba se cagó en la sala 55A del Museo del Prado. Como soy un buen ciudadano, lo limpié rápidamente. No vaya a ser que algún señor pisara la cosa visitando "El triunfo de la muerte", de Pieter Brueghel "el viejo", una de las obras más impresionantes de la colección. Recuerdo la primera vez que vi "El triunfo de la muerte" y sus predecesoras: "El jardín de las delicias" y "Las tentaciones de San Antonio", de Jheronimus van Aken, "el Bosco", que están en la sala de al lado. En la enciclopedia Larousse de casa. Pensé que había un error. Creí, en una primera mirada alucinada y confusa, que, en realidad, aquellas fantasías flamencas no eran trípticos (óleo sobre madera) de finales del siglo XV y mitad del XVI, sino obras contemporáneas. Pensé que aquellas extrañas imágenes de muñequitos, cadáveres y pavos reales eran la broma de un asesino en serie que le quería mostrar a los detectives del FBI todo lo que e...

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (2)

Mis perritas, Lara y Bimba se pasean todas las mañanas por el Museo del Prado porque es de todos. Es público. Es de los españoles, de la humanidad y de la caninidad.  Cada vez que algo valioso pasa al común, a la universidad, como decían los antiguos, es un pasico adelante en el lento curso de la historia, esa fulana retorcida. El museo, como tal, fue fundado durante el reinado de Fernando VII (IV en Aragón). El llamado "rey felón", además de un pene grande y de un criterio moral pequeño, heredó la más formidable colección de arte pictórico de la civilización occidental. Afortunadamente, en 1814, decidieron dar cobijo a ese inmenso tesoro en el edificio que había diseñado Juan de Villanueva antes de la francesada. En 1869, tras la primera expulsión de los borbones (aplausos y vítores), se declaró el museo y su contenido "bienes de la Nación". Me gusta contemplar el "Agnus Dei" de Zurbarán. El maestro usó varias veces el motivo del cordero sacrifi...

Cónclave

No todo el mundo puede decir que un cura de su pueblo pudo haber sido papa. Yo tampoco puedo decirlo. Al menos, con absoluta seguridad. Pero las historias que he oído al respecto parecen verosímiles. Dicen que después de que Ratzinger renunciara al cargo, en el cónclave de marzo de 2013, se reprodujo la misma división que ya habían sufrido cuando lo eligieron. Así que parecía razonable que buscaran a alguien que suscitara consensos. Además, me figuro que entre los requisitos del nuevo estaba que su lengua materna debía ser el español o el portugués, las lenguas mayoritarias del catolicismo. No es demasiado aventurado pensar que mi paisano estuvo entre los principales candidatos. Lo cierto es que la primera visita del recién coronado Bergoglio fue a Santa María la Mayor, donde tenía el arciprestazgo el de mi pueblo.  Por todo esto, se pueden imaginar el interés con el que fui al cine. Idea de mi sobrino del sur, que ha venido muy cinematográfico estas vacaciones. Los efectos de la e...