Ir al contenido principal

Los detectives salvajes


Hacía tiempo que no me leía una novela larga. Y hacía tiempo que la literatura no me impactaba tanto. Acabé el sábado "Los detectives salvajes" de Roberto Bolaño He disfrutado muchísimo con esa novela. Y eso que mi pobre cultura literaria se perdía buscando esquemas o caminos conocidos para orientarme. A veces era Borges el que resonaba, otras me parecía leer novela negra, o quizá poesía, o quizá filosofía. Pero no, andaba perdido, todo me parecía nuevo y asombroso e inclasificable. Cada vez que retomaba la lectura me encontraba páginas más interesantes que las anteriores y sin nada que ver con ellas. Y cada fragmento podría ser un digno relato breve y cada historia podría ser el germen de una nueva novela. El autor chileno consigue que el lector tenga la sensación de que ha leído una historia global. La historia completa de la literatura latinoamericana, o la historia total del exilio chileno o el reflejo completo de la vida en México DF. El autor consigue transmitir la sensación de que todas las piezas del mosaico acaban organizándose de manera prodigiosa y de que cada expresión, cada frase son las justas, las exactas. También por recomendación de Miguel, mi librero, ya había leído otras cosas de Bolaño: "Estrella distante" y "Las putas asesinas"; pero aunque me gustaron mucho, "solo" se trataba de una novela breve y de un libro de relatos, respectivamente. "Los detectives salvajes" es tan diferente a todo lo demás que conocía que todavía ando un poco perplejo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tintalibre:

Nuestro “Fin de Régime” está siendo, como casi todo en esta estepa, lento y tranquilo, un poco provinciano, un poco hortera, aunque nos las demos de postmodernos.  Aquí no hay Rasputines montando a la zarina, sino el pequeño Nicolás haciéndose selfies con la lideresa y el presidente. Pero todo está cayendo, inexorablemente. Se cae de viejo y de podrido. Son les branques de l’arbre de Pujol. Y se va cayendo todo el sistema del 78. Quizá, al final se acelere el proceso y la cosa deje de ser tan tranquila. La sociedad va descubriendo que no solo era el bipartidismo, sino que los medios de comunicación que sustentaban el entramado de las mamandurrias también se han quedado viejos e inservibles. Enternecedor el “yo no soy un político” del director de La Razón, Marhuenda, ese señor tan rarito y con tantos intereses políticos y económicos, que va a las tertulias a hacer de derechoso leído y digno. Siguen ciegos ante lo que está ocurriendo. Desde hace un año, ya no le...

"Romper el círculo" y "Soy Nevenka"

Después de la tormenta asesina y de la guerra civil en los Estados Unidos, volvemos a la pequeña política de nuestra aldea pequeña.  Parece que el errejonazo fue hace mucho tiempo; pero la dimisión del muchacho solo fue hace un mes. Con ese escándalo, quizás se cierra el ciclo que se inició en enero del 2020. Por primera vez en la historia de la España contemporánea, la izquierda se sentaba en el Consejo de Ministros. Pero los círculos no habían tenido tiempo de cuajar, las cloacas, a modo de sistema inmunológico del Estado, hacían su incansable labor de zapa, y además, llegaron una pandemia, un volcán, la tercera guerra mundial y las tonterías de profe de universidad del gran líder, que huyó un año después. Dejaba como albaceas a un equipo de funcionarios mas rositas que rojos y el encargo de tomar el cielo por asalto a unos muchachos con amplio vocabulario postmarxista pero con las paticas cortas y flojas. Los herederos hicieron lo que pudieron para obligar al pillo de Pedro Sán...

El último concierto.

¡Ay de aquel que nunca haya tenido ninguna afición! ¡Pobre del que nunca se haya esforzado para dominar algún arte! El que nunca haya intentado dibujar, cantar, tocar un instrumento, actuar, cocinar o jugar al ajedrez no sabe lo que se ha perdido. Y digo intentar, porque en el intento es donde está la sal que hace la vida más feliz. Y los más felices entre los mortales son aquellos que el arte ha hecho suyos: los artistas, los profesionales, los que han dedicado una vida entera a un oficio creativo. Los que han sido siempre prisioneros. En su esclavitud quizá han sido libres, luminosos.   “A late quartet” trata sobre ellos. Sobre los profesionales muy cualificados: un cuarteto de cuerda en el final de su historia. Cuando tiene que parar la música y salen los demonios que llevan dentro. Zilberman narra todo esto con sutilidad e inteligencia. Aunque la peli tiene algunos altibajos, valió la pena ir a la sesión golfa de los D’Or.