Ningún hombre se casa voluntariamente y de eso estoy seguro porque he estado en muchas bodas. Así que para ir engañando al novio, se han ido inventando ritos y procedimientos. Uno de ellos son las llamadas "despedidas de soltero", que se supone que tienen que consistir en intoxicaciones etílicas más profundas que las de todos los días, desmadres sin cuento, y putas de pago. Se han hecho bastantes pelis basadas en estas historias.
Vi hace unos días "Resacón en Las Vegas" (en inglés "The Hangover", a secas). Con semejante traducción, me esperaba un sinpropósito para adolescentes, ruidoso e imbécil. Sin embargo, se trata de una comedia divertida que, aunque juega con los tópicos de toda la vida, tiene algunas cosas interesantes e inteligentes. Sin mostrar demasiadas pretensiones, tiene una buena construcción narrativa, actores decentes y situaciones creíbles. Por escribir otro halago, me recordaba al capítulo de Los Simpsons (loado sea su nombre) en el que Homer lleva a Ned Flanders a Las Vegas. No sé si algún día veremos en el desierto de los Monegros una ciudad parecida; pero si es así, tirad mis cenizas por allí.
Hacia el final del metraje, descubrí que casi casi es una copia de otra peli: la divertidísima "Airbag", pero en lugar de Albert Pla, en la boda cantaba un tipo feo (más feo que Pla, quiero decir) y en lugar de vascas orgullosas y dominantes, en la peli, había anglosajonas orgullosas y dominantes.
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