Ir al contenido principal

Historia de la guerra de España. Vicente Rojo.


Supongamos que existe algo parecido a la neutralidad en historia, es decir, que los hechos ocurridos en el pasado pueden aprehenderse despojados de todo sesgo o prejuicio. Supongamos también que las personalidades individuales afectan con sus particularidades y talentos al devenir histórico y supongamos, por último, que la historia militar, es decir, lo de las batallitas y los movimientos y los repliegues, etc. es algo importante. Asumiendo todo esto, llegaríamos a la conclusión de que el general Vicente Rojo Lluch fue uno de los españoles más importantes del siglo XX. Sin embargo, este valenciano no tiene ni calles ni plazas dedicadas en ninguna ciudad grande. La razón es fácil de adivinar: se mantuvo leal al gobierno español y, por tanto, acabó en el mando de los perdedores. Mala suerte.

Para mi cumpleaños, mi cuadrilla de amigos, me regaló este libro, ¡ muchas gracias, Enrique! En él, se publica el último manuscrito inédito del general, redactado durante su exilio. Jorge Martínez Reverte lo descubrió en el Archivo Histórico Nacional y lo ha sacado sin añadirle demasiadas notas. Por supuesto, Rojo ya había publicado otras cosas autobiográficas sobre la guerra, como “Así fue la defensa de Madrid”, que aparece en este libro como segundo capítulo.

Rojo, como otros militares de la época, se vio sorprendido por el golpe de estado del 17 de julio de 1936. En su conciencia, entraban en conflicto sus creencias católicas y su aversión al desorden social con la fidelidad al gobierno legalmente constituido. Como otros, decidió mantenerse en su puesto y acatar las órdenes de las autoridades civiles. ¡Qué terrible debió ser aquel verano! Rojo describe en la primera parte del libro, con una prosa algo pesada, pero culta, sus impresiones y sus sufrimientos. Inevitablemente, me recordaba a aquel premio Planeta de 1983, “La guerra del general Escobar” de Olaizola. Muchas de estas gentes de orden acabaron impregnándose del entusiasmo popular que permitió a aquella España rodeada y aislada defenderse durante 3 años.

La segunda parte del libro, donde se centra más en su desempeño profesional, me resultó más interesante y fácil de leer. La exitosa defensa de Madrid convirtió a Rojo en Jefe del Estado Mayor, desde donde concibió sus planes estratégicos de gran alcance. Quién sabe que hubiera pasado si el medio millón de hombres en armas que la República española había logrado organizar a mediados del 38 hubiera dispuesto de suministros y si hubieran podido llevar a cabo el famoso Plan P. Muchos especialistas piensan que Franco hubiera podido perder la guerra por sus numerosos errores. A los interesados en el tema, les recomiendo “La incompetencia militar de Franco”, del coronel Carlos Blanco Escolá, que leí con placer y cierto asombro hace ya muchos años.



Nada de esto ocurrió. El ejército mixto de la república no atacó Extremadura. La armada española no atacó a los submarinos alemanes. Franco ganó la guerra y Rojo acabó dando clases en Bolivia.

Comentarios

El Sapo ha dicho que…
Hola, MA!
Siempre quiero dejar algún comentario en tu sesudísimo blog. Pero yo leo muy poquito (casi siempre cosas de coches y demasiados periódicos, ¡qué pérdida de tiempo!)y poco puedo aportar.
Como alguna cosa de guerras sí he leido, algo puedo decir aquí.

Es curioso cómo lo del sesgo afecta hasta a las narraciones de guerras. Y sin llegar a las revisiones de aquí, Pio Moa mediante, hasta los "mericanos" narran la guerra como quieren.

Siempre me ha llamado la atención su fascinación por los "turning points". Creo que la cosa les viene de Gettisburg, pero alcanza su clímax en Midway. Los famosos "5 minutos de la suerte" se han publicitado como el cambio de rumbo de la SGM. Bueno, de la guerra del Pacífico.
Han repetido hasta la saciedad el icono: sin ir más lejos, el ataque a la Estrella de la Muerte de Star Wars no es otra cosa que eso.

Por la razón que sea, y sin mediar las motivaciones políticas que se ven recientemente en España, han demostrado que el sesgo a la hora de contar las guerras es muy habitual. No sé. Imagino que admitir que la cosa no les iba de cuatro portaaviones más o menos no les mola. Porque esa era la realidad.

En España, probablemente como en Midway, no hubiera podido ser.
Cuídate!
PS: Ah, ya puestos píllate "Las banderas de nuestros padres y "Cartas desde Iwo Jima"; y "Lobo" me pareció una castaña.
Anónimo ha dicho que…
Sí, supongo que alguien habrá estudiado la importancia que tienen las guerras en la conformación de la identidad norteamericana. O el deporte como trasunto de la guerra. Y en el deporte todavía queda más claro lo de los "turning points". Es decir, "hemos ganado por un golpe de ingenio, no por nuestra superioridad numérica o técnica".
Puig ha dicho que…
De nada Miguel Angel, ha sido un placer ragalártelo y poder leer tu comentario.... ahora espero impaciente futuros comentarios como "la conjura de los necios" de Kennedy Toole.

p.d.quien sabe que hubiera pasado si las fuerzas alidas hubieran aportado mas "hierro" a la maltrecha República Española o la guerra hubiera llegado a coincidir con la II guerra mundial...en fin.
Salud y República.
Enrique.

Entradas populares de este blog

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

Vasil (2)

Vasil (Iván Barneev), un migrante búlgaro, llega a Valencia. No tiene donde dormir. Un jubilado de buena posición social (Karra Elejalde) le acoge en su casa. Para asombro de la hija del jubilado (Alexandra Jiménez), establecen una estrecha relación. Y eso que el padre es más bien rancio. Tienen una afición en común: el ajedrez. Hay largas conversaciones vespertinas, a modo de samar , ciertas desconfianzas; pero son, ante todo y sobre todo, dos seres humanos buscando la humanidad en el otro, en los otros. Con este planteamiento tan sencillo, Avelina Prat construye una película agradable, un poco lenta; pero que deja cierta sensación de paz en el alma. Y siempre nos gusta ver imágenes de la ciudad del Turia.  El planteamiento me llegó a lo hondo. Era inevitable pensar en nuestro amigo búlgaro D, al que también dejaron caer en Valencia hace muchos años y que salió adelante a base de esfuerzo y bonhomía. La directora basó la historia en hechos reales. Me pregunto si conoce a D. Aunque...

Vasil (1)

Al parecer, la palabra " samar " tiene muchos significados en árabe. Uno de ellos se refiere a la conversación tranquila, cuando ha llegado la noche. La conversación entre amigos que se cuentan historias cuando ya hay luna y cuando las prisas del día se han ido.  Saco a las perritas sobre las ocho de la tarde. A mitad del paseo, me siento con un vecino en la terraza del chino. Bromeamos sobre lo sucia que tiene el chino la terraza, la barra, los váteres y el bar entero. No hace tapas, cobra caro; pero al menos tiene la cerveza muy fría. La disfrutamos durante nuestro samar vespertino. El vecino opina que el chino no podrá mantener abierto el negocio mucho tiempo, mientras solo sea un chupadero. El vecino conoce bien el Puerto, lo ha visto cambiar a lo largo de su vida. A mí me da pena porque las tres hijas del chino son guapas y espabiladas. Y porque solamente a mí me pone cacao u olivas con la cerveza. Soy el único que da las gracias en mandarín. A menudo, más contertulios s...