La segunda novela a la que me refería en la entrada anterior es "Sunset Park". Varios personajes cerca de la treintena conviven en una de las muchas casas ocupadas de Nueva York, en el barrio de Sunset Park. Simplemente, ahorran el coste del alquiler durante unos meses mientras acaban la tesis doctoral, pintan, arreglan trastos viejos o viven y esperan que la policía venga a pegarles.
Una profunda sensación de melancolía y soledad empapa el texto. Me pareció asombroso como Auster consigue trasladar al lector a los tristes paisajes de la urbana Nueva Inglaterra sin una sola descripción de lugar. La novela recorre lo que uno quiere y lo que puede ser, los fracasos íntimos, las alegrías, el deseo, la creación fallida. Pero en esas historias personales aparecen como fogonazos los grandes temas de la sociedad norteamericana, es decir, la nuestra: la guerra de Irak, la integración de las distintas culturas, el empobrecimiento paulatino e irremediable de las clases medias.
La novela, de lectura fácil, está organizada en capítulos que se centran en cada uno de los distintos personajes, cuyo punto focal es Miles Heller, hermoso, fuerte, culto y ... muerto por dentro. Para huir de esa muerte interior, ha descubierto que no tiene más salida que renunciar a todos sus sueños, a dejar de vivir el futuro y vivir cada día como el último. Porque cada día es el último.
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