Ir al contenido principal

Aragón sin empalmes


NOTA: La siguiente entrada trata sobre temas identitarios y/o humor. Recomiendo la huída al no interesado.

Mucho se ha discutido sobre qué sería aquello de las literaturas regionales, los humores regionales, los gustos regionales. Para los diferentes nacionalismos irredentos habría, obviamente, una literatura nacional catalana, un humor escocés o una gastronomía gallega. Lo que no queda tan claro es si Joyce pertenecería a una hipotética literatura nacional irlandesa y Conan-Doyle a una escocesa o estas quedarían circunscritas a lo escrito en gaélico. Mal negocio para los pubs de Dublín y de Edimburgo.

Los que son más pequeñicos se tienen que conformar con asumir un papel asignado desde los centros. Así, habría un folclore andaluz, un humor aragonés o una gastronomía alsaciana que existirían solamente como complementos y matices de una identidad centripeta española (o francesa). Y ese folclore o ese humor se habrían deformado hasta lo monstruoso para adaptarse a un papel periférico, subsidiario. En Aragón, estaríamos hablando del estúpido baturrismo tan en boga en los 60 y 70, donde los maños adoptaban el papel del rústico noblote, que con sus gracias y barbaridades, entretiene al madrileño, ese chulapo de gallarda hidalguía. Los arquetipos caricaturescos son así la herramienta para domar e integrar lo "diferente" en el cuerpo nacional.

En los últimos años, Carbonell y Coipesol (el cantautor Joaquín Carbonell y el periodista Roberto Miranda) han perpetrado varias obras que permiten a los aragoneses reconciliarnos con un humor aragonés, casi desconocido allende el Moncayo. Y de paso, rei'nos a to' meter. Ya hemos reseñado aquí "El estatuto de autonomía de Aragón. plan B" y la desternillante "Enciclopedia de Aragón preta". En estos libros, aparece un humor que, con un tono nuevo, hunde sus raíces en el viejo somardismo resignado pero perspicaz: " Records de Aragón: La caldereta de Maluenda. Dieron de comer a 328 con un cordero mal contao y cuatro tomates para la ensalada. Al final no se oyó ni una jota. Era un acto electoral del alcalde, y aún lo buscan".

El libro, como los anteriores, es una recomendable caída libre sobre esos tontos de pueblo tan listos, sobre los concejales con gigantescas puertas de cochera, sobre todos los fabulosos y absurdos proyectos que los locos de aquella tierra de locos quieren emprender para escapar del desierto. Muchas de las secciones del libro usan la figura de las vidas ejemplares, que me recuerda al genial Sánchez Pollack "Tip" y sus santos varones. Pero los personajes que esbozan Carbonell y cía existen o podrían existir en aquella tierra. Esa tierra tan hermosa, tan llena de caciques y de artistas, tan seca y tan inundada de "pántanos", tan viva y tan moribunda, pero que todavía se ríe de si misma:
"Roqueros aragoneses (...): Ugenio Ruppel. Enchufó la bandurria al transformador y soltó a todo pulmón Arremójate la tripa. No sabía otra moderna (...) Sus dotes para el espectáculo eran nulas pero dominaba los circuitos comarcales. Hizo toda la campaña del PAR por el altiplano de Daroca. Era un experto en llamar a los ayuntamientos a cobro revertido. Nunca grabó un disco, pese a las proposiciones que tuvo, por falta de tiempo".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (1).

El otro día, la pequeña Bimba se cagó en la sala 55A del Museo del Prado. Como soy un buen ciudadano, lo limpié rápidamente. No vaya a ser que algún señor pisara la cosa visitando "El triunfo de la muerte", de Pieter Brueghel "el viejo", una de las obras más impresionantes de la colección. Recuerdo la primera vez que vi "El triunfo de la muerte" y sus predecesoras: "El jardín de las delicias" y "Las tentaciones de San Antonio", de Jheronimus van Aken, "el Bosco", que están en la sala de al lado. En la enciclopedia Larousse de casa. Pensé que había un error. Creí, en una primera mirada alucinada y confusa, que, en realidad, aquellas fantasías flamencas no eran trípticos (óleo sobre madera) de finales del siglo XV y mitad del XVI, sino obras contemporáneas. Pensé que aquellas extrañas imágenes de muñequitos, cadáveres y pavos reales eran la broma de un asesino en serie que le quería mostrar a los detectives del FBI todo lo que e...

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (2)

Mis perritas, Lara y Bimba se pasean todas las mañanas por el Museo del Prado porque es de todos. Es público. Es de los españoles, de la humanidad y de la caninidad.  Cada vez que algo valioso pasa al común, a la universidad, como decían los antiguos, es un pasico adelante en el lento curso de la historia, esa fulana retorcida. El museo, como tal, fue fundado durante el reinado de Fernando VII (IV en Aragón). El llamado "rey felón", además de un pene grande y de un criterio moral pequeño, heredó la más formidable colección de arte pictórico de la civilización occidental. Afortunadamente, en 1814, decidieron dar cobijo a ese inmenso tesoro en el edificio que había diseñado Juan de Villanueva antes de la francesada. En 1869, tras la primera expulsión de los borbones (aplausos y vítores), se declaró el museo y su contenido "bienes de la Nación". Me gusta contemplar el "Agnus Dei" de Zurbarán. El maestro usó varias veces el motivo del cordero sacrifi...

Cónclave

No todo el mundo puede decir que un cura de su pueblo pudo haber sido papa. Yo tampoco puedo decirlo. Al menos, con absoluta seguridad. Pero las historias que he oído al respecto parecen verosímiles. Dicen que después de que Ratzinger renunciara al cargo, en el cónclave de marzo de 2013, se reprodujo la misma división que ya habían sufrido cuando lo eligieron. Así que parecía razonable que buscaran a alguien que suscitara consensos. Además, me figuro que entre los requisitos del nuevo estaba que su lengua materna debía ser el español o el portugués, las lenguas mayoritarias del catolicismo. No es demasiado aventurado pensar que mi paisano estuvo entre los principales candidatos. Lo cierto es que la primera visita del recién coronado Bergoglio fue a Santa María la Mayor, donde tenía el arciprestazgo el de mi pueblo.  Por todo esto, se pueden imaginar el interés con el que fui al cine. Idea de mi sobrino del sur, que ha venido muy cinematográfico estas vacaciones. Los efectos de la e...