Ir al contenido principal

Economía franquista y corrupción.


Durante el gris febrero, leí dos libros que tratan una época gris. Un libro de relatos y un libro de historia económica. La vida y la economía, que siempre andan tan juntas; aunque ahora nos intenten convencer de que no es así, de que los mercados son algo parecido al Dios de los semitas, un implacable ser sin rostro que decide sobre el bien y el mal y a cuya voluntad nadie puede oponerse.

El primer libro “Economía franquista y corrupción” de tres profesores de la Universidad de Barcelona, es un manual sencillito (demasiado, para mi gusto). Trata la historia de las políticas económicas de los 39 años de dictadura (más unos cuantos de prórroga). El libro cuenta lo que es la opinión común entre los expertos, es decir que la política económica franquista fue un puto desastre, incluso teniendo en cuenta las guerras y el aislamiento de los cuarenta. Evidentemente, las absurdas decisiones económicas de las dos primeras décadas del régimen tenían unos claros beneficiarios: las clases y los estamentos sociales que resultaron vencedores en la guerra. Pero incluso desde el punto de vista de estos, resulta difícil hacer peor las cosas.

El resto de la historia es bien conocida: en la segunda mitad de los 50 a Franco le quitaron definitivamente las palanquitas de mando de la economía. En 1959, llegó el plan de estabilización. Dice el libro: ”la economía, y por extensión, el propio país, se encontraban al borde del precipicio (…) el tratamiento implicaba renunciar ahora de forma clara y contundente, a la autarquía fascista y al intervencionismo asfixiante”. Se trataba de homologar, de crecer, de vender, para sobrevivir. En lo que se refiere al desarrollismo de los 60, el libro hace hincapié en los desequilibrios sociales y territoriales en los que se basó y en el coste humano (especialmente, las migraciones interiores y exteriores) que supuso. Hay, obviamente, unas páginas sobre el célebre caso Matesa (cuando los historiadores hablen de nuestra época y de nuestros propios cataclismos citarán Filesa, Gurtel y Brugal). Para acabar, el libro defiende la tesis de que fueron aquellos desequilibrios los que hicieron precisamente a la economía española, de entre todas las europeas, la más vulnerable ante la gran crisis de los 70.

En la próxima entrada, reseñaré el libro de relatos con los que simultaneé la lectura de este.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

Vasil (2)

Vasil (Iván Barneev), un migrante búlgaro, llega a Valencia. No tiene donde dormir. Un jubilado de buena posición social (Karra Elejalde) le acoge en su casa. Para asombro de la hija del jubilado (Alexandra Jiménez), establecen una estrecha relación. Y eso que el padre es más bien rancio. Tienen una afición en común: el ajedrez. Hay largas conversaciones vespertinas, a modo de samar , ciertas desconfianzas; pero son, ante todo y sobre todo, dos seres humanos buscando la humanidad en el otro, en los otros. Con este planteamiento tan sencillo, Avelina Prat construye una película agradable, un poco lenta; pero que deja cierta sensación de paz en el alma. Y siempre nos gusta ver imágenes de la ciudad del Turia.  El planteamiento me llegó a lo hondo. Era inevitable pensar en nuestro amigo búlgaro D, al que también dejaron caer en Valencia hace muchos años y que salió adelante a base de esfuerzo y bonhomía. La directora basó la historia en hechos reales. Me pregunto si conoce a D. Aunque...

El secreto de Santa Vittoria.

Golpe de estado en los USA, yo no encuentro el boli, Hitler sigue matando niños en el gueto de Gaza, estas peras de San Juan no tienen ningún sabor, a Macron le pega su mujer, las materias primas se van acabando y la única receta es aumentar el presupuesto militar para la gran rapiña final. Solo nos queda la ilusión de que, el año que viene, la candidata a la presidencia del gobierno sea la madrileña, a ver si se dan el gran batacazo, nos reímos mucho y ellos aprenden de una vez qué es España (y Portugal). Cuando uno envejece en tiempos tan oscuros, se aferra como un aterido náufrago a sus viejos cánones, a sus libros y pelis preferidas. Nos encerramos en nosotros mismos, en nuestras listas y en nuestros hábitos. " En tiempos de tribulación, no hacer mudanza " recomendaba el santo soldado de Loiola. Y muy arriba entre las películas de mi vida está "El secreto de Santa Vittoria" (1969). Ya se sabe que hay que ubicar en esas listas alguna cosa inesperada, que llame la...