Como
todos los tertulianos y todos los articulistas de nuestra aldea lo citan, me
imaginé que no sería muy difícil de entender, así que la última vez que estuve
en la librería de Miguel, compré la versión en español de este libro, firmado
por el Premio Nobel de Economía y
profesor de Princeton, Paul Krugman.
Efectivamente, es fácil y rapidico de leer, quizá demasiado. Se trata de
un contundente y conciso alegato keynesiano. O mejor dicho, neokeynesiano.
Para
Krugman lo peor de la catástrofe que están viviendo las economías occidentales
es el paro. De acuerdo. Y el paro se
debe al desplome de la demanda privada debido a la trampa de la liquidez y al
momento de Minsky. Casi de acuerdo. Y solo hay una manera de luchar contra el
problema eficazmente: que las administraciones públicas se pongan a gastar
dinero ya. De acuerdo. Y si para ello se tienen que endeudar más, que se
endeuden más. Obviamente. Y que le den a la maquinita de hacer dinero, que
tener una inflación del 4% no es malo para nadie (o solamente para los que
hayan prestado su capital) Amén. Y que en Estados Unidos, los republicanos le
dejen al bueno de Obama construir autopistas y plantas fotovoltaicas y que en
Alemania suban los salarios para que la economía española vuelva a ser
competitiva. Ojalá. Estos rozamientos tan razonables y tan de sentido común
(comunes a casi todo el mundo) no parecen tener mucho predicamento entre los
"que mueven los hilos" y “las personas serias” (expresiones que usa
varias veces a lo largo del libro). Ellos verán lo que hacen.
Aparte
de la principal línea argumental, me han parecido muy interesantes las
relaciones que establece el autor entre ideología, concentración de la riqueza
(en la sociedad norteamericana) y políticas macroeconómicas (fiscales y
monetarias). El autor se centra en los Estados Unidos (hay que reconocerle que
se disculpa por ello varias veces). Especialmente habla de la influencia
perversa de ese 1% al que se refería el movimiento Occupy Wall Street y que ya
identificó Stiglitz. Pero parece que le da un poquito de miedo salirse de la
ortodoxia y decir las cosas un poco más claras, es decir que esto es una
dictadura de los bancos, aunque hasta las niñas de 12 años se empiecen a dar cuenta.
Por
razones profesionales, también me ha llamado la atención las referencias que
hace Krugman a varios artículos de investigación. Parece que algunas
publicaciones "científicas" en economía sirven para algo. Al menos,
las que se publican en el centro. Para ser justos, hay que decir que Krugman
también se refiere en varias ocasiones a España y a su economía. Por desgracia,
para ponerla como ejemplo de tormenta perfecta y de "país periférico
atrapado en la trampa del euro". Al menos, no usa el acrónimo PIGS.
Qué
placer leer algo de macro y entenderlo! Si además los modelos sirvieran… Pero
luego hay que bajar a la triste, mohosa, sucia realidad, tan llena de mierda.
Cuando acabo de leer el libro, pongo las noticias y sigo el colapso de Bankia,
al que seguirá una parte importante del sistema financiero español.¿Cuánto hay
ahí de macroeconomía y cuánto de picaresca y de saqueo? El zombie que
administraron esos grandísimos administradores, esa "gente tan seria" (Blesa, Olivas, Rato y el
ejército de consejeros bien pagados de los partidos monárquicos) le va a costar al erario
público más que todo el dinero que se retirará de los cimientos del edificio
(educación y sanidad). Ya vamos por 23.000 millones. E igual los pillastres se
escapan sin que haya una sola comisión de investigación. Total, por 23.000 millones para que vamos a
hacer cuentas...y todo el mundo lo está viendo. ¿Cuánto aguantará el edificio?
Comentarios
Curioso, el otro día estuve mirando sobre él en Wiki y de hecho me sorprendió que aun viviera.
Como eres bastante más apañao que yo para esas cosas, aprovecha para (re) leerte algo de él y darle cumplido homenaje. No te diré ni Crónicas marcianas ni Farenheit 451, que es muy obvio. Va, atrévete con "El vino del estío" que igual le encuentras conexiones hispánicas y todo.
hasta pronto
J
Además, dónde vas a comparar con el encanto de pillar un libro de la colección Minotauro, que ya olían a libro viejo hace treinta años...