Recuerdo perfectamente la primera
vez que vi esta peli. Fue en pantalla grande. Con dos amigos que habían visto
bastante más cine que yo. Tarantino era el director de moda entonces.
“Reservoir dogs” (1991) y “Pulp fiction” (1994) le habían gustado a todo el
mundo y supongo que fuimos con ilusión a este estreno, que no nos defraudó. Algún
tiempo, después, veríamos otra, en la que Tarantino fue productor: “Abierto
hasta el amanecer” (“From Dusk Till Down”, 1996) pero esa boutade ya no gustó tanto a mis colegas.

Grier le proporciona al personaje
de Jackie Brown la rotundidad física que necesita para ser creíble. Y es que Jackie Brown se enfrenta al malo-malote (Samuel L.
Jackson) con todo el valor que puede tener una mujer en la cincuentena, sola,
sin nada que perder en última instancia. A lo largo de la trama, las infinitas
caras de lo femenino se van manifestando: los temores a envejecer de Jackie, su
compulsiva forma de fumar y siempre, su deslumbrante sensualidad (que se
contrapone a uno de los polvos más antieróticos de la historia del cine:
(Robert de Niro y Bridget Fonda). En mi sofá, mirando a la Grier me acordaba de
los ojos de mujer que me han mirado y de los culos que he visto alejarse y creí
entender, por un momento, algo.
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