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Jackie Brown



Recuerdo perfectamente la primera vez que vi esta peli. Fue en pantalla grande. Con dos amigos que habían visto bastante más cine que yo. Tarantino era el director de moda entonces. “Reservoir dogs” (1991) y “Pulp fiction” (1994) le habían gustado a todo el mundo y supongo que fuimos con ilusión a este estreno, que no nos defraudó. Algún tiempo, después, veríamos otra, en la que Tarantino fue productor: “Abierto hasta el amanecer” (“From Dusk Till Down”, 1996) pero esa boutade ya no gustó tanto a mis colegas.

Este finde,  la pusieron  en la tele, en “Paramount Comedy” y no pude evitar quedarme en el sofá. Y me vi atrapado por lo mismo que la primera vez: Pamela Suzette Grier, la protagonista. En la peli hay bastantes cosas interesantes: el ambiente sórdido y cutre alrededor de los malos, la técnica narrativa de repetir la escena desde puntos de vista de diferentes personajes,  un argumento que gira alrededor de un cambiazo ingenioso (y a mí eso me gusta). Pero, en mi opinión, toda la gracia gira alrededor del personaje y de la presencia física de la Grier. Se trata de una hembra espléndida en muchos de los sentidos de la palabra: anchas caderas, culo gordo y alto y unos ojazos con esa hermosura brutal que solo da la mezcla de razas. Durante los años 70, Grier había sido protagonista de pelis baratas para el público negro y Tarantino acertó al darle el papel protagonista.

Grier le proporciona al personaje de Jackie Brown la rotundidad física que necesita para ser creíble. Y es que Jackie Brown se enfrenta al malo-malote (Samuel L. Jackson) con todo el valor que puede tener una mujer en la cincuentena, sola, sin nada que perder en última instancia. A lo largo de la trama, las infinitas caras de lo femenino se van manifestando: los temores a envejecer de Jackie, su compulsiva forma de fumar y siempre, su deslumbrante sensualidad (que se contrapone a uno de los polvos más antieróticos de la historia del cine: (Robert de Niro y Bridget Fonda). En mi sofá, mirando a la Grier me acordaba de los ojos de mujer que me han mirado y de los culos que he visto alejarse y creí entender, por un momento, algo.

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