Autor: José María de Jaime Lorén La Universidad Humboldt Es todo lo que pudimos ver en una tarde y una mañana larga. No da para más. Nos quedaron cosas por las que teníamos interés, como el Museo de Historia de la Medicina, pero estábamos cansados y preferimos ver la ciudad en un autobús turístico. Ojo que son pocos los que dan las explicaciones en español y hay que preguntar antes de montar, pero luego vale la pena bien sentados ir conociendo otros aspectos de la ciudad. Sobre la cocina alemana apenas podemos decir nada. Como nos acompañaba casi siempre Pilar, acabábamos comiendo en kebabs o en conocidas hamburgueserías, exactamente igual que en Valencia o en Calamocha. Sólo un día pudimos degustar unas salchichas alemanas típicas. También vale la pena darse un garbeo andando por Unter den Linden, la célebre calle de los Tilos cantada por Marlene Dietrich que unía los grandes palacios con el Tiergarten, el gran parque con sus canales enclavado en el mismo centro de...