Vuelvo a ir al cine. Aunque ahora es más caro. Afortunadamente, la cosa está valiendo la pena. El lunes, vimos la última de Haneke, que opta a premios en todos los sitios. Y más allá del éxito coyuntural e inmediato, preveo que esta peli va a tener un largo recorrido, no solo por su tema, sino por su técnica. La que casi todos los críticos consideran la mejor creación del austriaco es una película redonda e impresionante, "perversa" ha dicho alguno. La peli cuenta algo que casi todos hemos vivido en nuestras familias: la progresiva enfermedad de un anciano con el doloroso tránsito de la parálisis a la demencia. Es decir, si quieren pasar un ratito agradable, no vayan a ver esta peli, porque Haneke va a empezar a pegarles bofetadas heladas desde que empieza el metraje hasta la última escena. Bofetadas que te gritan "así es la vida, imbécil, y tú o los que tú amas acabaréis atrapados en una cama, cagándoos encima, sin reconocer el rostro de la persona que te cui...